GEOGRAFÍA - PAÍSES: Moldavia - 2ª parte
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Geografía

PAÍSES

Moldavia - 2ª parte


Geografía económica   Historia

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Geografía económica

ebido a la horizontalidad y fertilidad del suelo moldavo, que posee grandes cantidades de humus, la economía de esta ex república soviética se basa fundamentalmente en la agricultura, que ocupa al 33 % de la población activa. El N está especializado en la producción de cereales (trigo, maíz), girasol y remolacha azucarera, y en el S se cultivan vid, hortalizas y tabaco. En 1990, Moldavia producía el 25 % de las frutas y las hortalizas consumidas en la antigua U.R.S.S., así como el 23 % del tabaco.

Salvo pequeñas cantidades de gas y petróleo, este país está desprovisto de materias primas y de fuentes de energía. Sin embargo, los moldavos han conseguido aprovechar la fuerza del Dniéster y el Prut construyendo centrales hidroeléctricas que dan energía al país. La electricidad proporcionada por estas centrales y la abundante producción agrícola, que incluye también patatas y frutas, han favorecido el desarrollo de una destacada industria transformadora, en la que sobresalen el sector de conservas, el harinero, el vinícola, el azucarero y el tabacalero. La mayor parte del coñac elaborado a partir de los viñedos moldavos goza de un reconocido prestigio en otros países de la región; por esta razón, su exportación ha significado una importante vía de ingresos para el país. No obstante, esta industria sufrió las consecuencias de la campaña contra el alcohol implantada a mediados de los años ochenta y muchos viticultores decidieron cambiar el cultivo de vid por el de otros productos agrícolas.

A comienzos de la misma década, el sector de la construcción --que ocupaba a algo más del 8 % de la población activa-- aseguró una buena parte de la actividad económica del país, pero en la actualidad se encuentra afectado por la escasez de materiales y la irregularidad de sus entregas. Con una productividad que alcanzó niveles superiores a los de la media soviética, Moldavia ha sobrevivido gracias a su autosuficiencia en alimentos y a unos intercambios comerciales con otras ex repúblicas que giraban en torno a un 50 % de exportaciones y un 50 % de importaciones. En la actualidad, el país intenta diversificar sus interlocutores comerciales, y su integración en la zona de cooperación económica del mar del Norte, firmada en junio de 1992, es un paso adelante para el logro de tal objetivo.

Historia

Los límites geográficos del actual estado de Moldavia sintetizan la etapa más reciente de una historia caracterizada por conquistas, recuperaciones y disputas sobre antiguos territorios moldavos por parte de los estados vecinos. Tantos fueron los repartos de las tierras moldavas que la propia nación corrió el riesgo de desaparecer. El principado de Moldavia, inspirado en el modelo bizantino y creado en el año 1359, ocupaba la región comprendida entre el costado oriental de los Cárpatos, el río Dniéster y el mar Negro.

El príncipe Esteban el Grande (1457-1504) es la figura que simboliza la edad de oro de la política y la cultura moldavas. Diestro en estrategia, protegió sus posesiones de los húngaros, los polacos y los turcos. Pero ya entrado el s. XVI, la zona E del principado (Besarabia) cayó bajo poder otomano, para más tarde, en 1812, ser anexionada por Rusia. Como consecuencia de la guerra de Crimea, el Tratado de París (1856) hizo perder a los rusos la parte S de Besarabia en favor de Rumania; mas, en 1878, el gran imperio asiático volvió a recuperar el territorio perdido, a través del tratado de Berlín. Frente a la creciente amenaza de una posible anexión de Besarabia por parte de la vecina Ucrania, el Congreso nacional moldavo propuso, en enero de 1918, que fuera incorporada a Rumania, hecho que quedó formalizado en noviembre del mismo año.

En 1920, cuando la Conferencia de Paz de París ratificó la creación de la Gran Rumania, Moldavia quedó reducida a una pequeña república autónoma que sólo comprendía la región de Transdniester, situada sobre la orilla oriental del río Dniéster, poblada fundamentalmente por ucranianos. Este es el territorio que el 12 de octubre de 1924 los soviéticos convertirían en la República Socialista Soviética Autónoma de Moldavia. En junio de 1940 Rumania fue forzada a ceder Besarabia y el N de Bucovina a la antigua U.R.S.S., a través del pacto de no agresión nazi-soviético que había sido celebrado un año antes. Tras quedar anexados a Ucrania la parte N de Bucovina y el S de Besarabia, se creó la República Socialista Soviética de Moldavia, que el 2 de agosto de 1940 pasó a integrar la antigua U.R.S.S.

Durante el período estalinista los moldavos padecieron persecuciones y fueron obligados a escribir su lengua en alfabeto cirílico, en un intento de distinguir artificialmente la cultura moldava de la rumana. En los años cincuenta, cientos de inmigrantes rumanos que vivían en Moldavia fueron deportados a Asia central. Los aires aperturistas de la perestroika permitieron a los moldavos manifestar su descontento con el proceso de sovietización que habían sufrido durante tantos años. Las reivindicaciones lingüísticas fueron las primeras expresiones de un sentimiento nacionalista que comenzó a surgir tímidamente en las capas intelectuales de la sociedad moldava. En el verano de 1988 aparecieron las primeras formaciones nacionalistas, que exigían el reconocimiento del moldavo (rumano) como lengua oficial. El grupo principal, que organizó la mayoría de los actos reivindicativos, fue el Frente Popular de Moldavia, creado en mayo de 1989. El 31 de agosto de ese año, el Soviet Supremo decidió reconocer la escritura latina del moldavo, y su condición de lengua oficial, a cambio de que el ruso permaneciera con el mismo status por ser considerado «lengua de comunicación interétnica».

El 23 de junio de 1990 el Parlamento moldavo, presidido por Mircea Snegur y con mayoría del Frente Popular de Moldavia, votó la soberanía de la nación. Pero la creciente influencia de la porción rumana de la población no tardó en hacer reaccionar a las minorías étnicas, fundamentalmente a los eslavos de lengua rusa y a los gagaúzos. Los primeros celebraron un referéndum en la ciudad de Tiraspol (2 de septiembre), que otorgó la independencia a la región de Transdniester, y colocaron al frente de la misma al comunista conservador Igor Smirnov. Por su parte, los gagaúzos proclamaron su autonomía el 19 de agosto y eligieron como presidente a Stepan Topol. El nuevo gobierno moldavo utilizó la fuerza para reprimir a los movimientos separatistas -avalados por Rusia y Ucrania- y se sucedieron a partir de entonces sangrientos enfrentamientos.

Moldavia declaró finalmente su independencia el 27 de agosto de 1991 y adoptó la bandera y el himno rumanos. En diciembre se votó su adhesión a la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y Snegur fue elegido presidente del país en las primeras elecciones libres, celebradas el día 8. Un acuerdo de pacificación y cooperación económica moldavo-ucraniano-ruso (1992), permitió levantar el estado de emergencia. En febrero de 1994 los moldavos votaron, en referéndum, a favor de la independencia de su estado respecto a Rumania.

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