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Filipinas - 3 parte
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os norteamericanos desembarcaron en Leyte en 1944 y en julio del mismo año se hizo efectiva la liberación total del archipiélago. Los huks mantuvieron el carácter clandestino de su organización aun después de las elecciones de abril de 1945 y de la proclamación de la independencia de 1946. La política de reconstrucción económica y el combate a la guerrilla centró la actuación del nuevo y de sucesivos gobiernos. La ayuda estadounidense, que más tarde suscitó disensiones entre partidos por el grado de vinculación a E.U.A., fue determinante para desarticular la guerrilla huk. El gobierno de Magsaysay trató de conducir al país a la autosuficiencia económica y a la implantación de prácticas democráticas. Muerto en accidente en 1957, le sucedió García y luego Macapagal (liberal) que continuó la labor del primero. En 1965 fue elegido presidente F. Marcos, y reelegido en 1969.
En 1973 se proclamó una nueva constitución que le declaraba presidente y primer ministro por tiempo indefinido. El peso de Estados Unidos marcó la evolución política filipina. En 1972 se proclamó la ley marcial, en respuesta a las protestas populares por el marasmo económico. El movimiento antiamericanista y la guerrilla comunista se enfrentaron al gobierno, al igual que la población musulmana de las islas meridionales. La presión estadounidense condujo a la convocatoria de elecciones (1977). Después de su triunfo, discutido por la coalición liberal de Laban, Marcos restableció la ley marcial que no suspendió hasta 1978. El movimiento opositor, afianzado tras el asesinato de su líder Benigno Aquino (1983), llevó a la formación, en 1986, de una coalición liderada por Corazón Aquino, viuda del líder asesinado. Nuevamente, el triunfo de Marcos desencadenó protestas que agravaron la inestabilidad política, lo que obligó al matrimonio Marcos a abandonar el país. Corazón Aquino disolvió la Asamblea y proclamó una ley provisional. Su mandato, amenazado repetidamente por intentonas golpistas, no pudo resolver los problemas del país.En 1992, accedió a la presidencia Fidel Ramos (Partido del Poder Popular). El nuevo presidente entabló negociaciones con los diferentes grupos guerrilleros marxistas, con el resultado inmediato de la legalización del Partido Comunista de Filipinas en septiembre de 1992, fuera de la ley durante 35 años. La disminución de la actividad guerrillera y el abandono de las bases militares por parte de los Estados Unidos, obligó a Fidel Ramos a acometer la reestructuración del ejército en 1993, que debía ocuparse ahora de la defensa nacional, dejando para la policía la represión de los grupúsculos rebeldes.
Según la Constitución de 1987, Filipinas es un estado presidencialista. La función legislativa corresponde a la Cámara de Diputados (200 miembros elegidos y 50 miembros por designación presidencial) y al Senado.La literatura anterior a la presencia hispánica ha sido conservada oralmente. Diego López de Poveda fue el recopilador en español antiguo de cuentos populares que reflejan el modo de vida y cultura de las poblaciones prehispánicas. Los españoles introdujeron el corrido o poema religioso; las primeras muestras del género se deben a José de la Cruz (1746-1829) y a Francisco Baltazar, autor asimismo de awi, poemas de caballería heroica (La india elegante y el negrito amante). En teatro destaca la comedia o moro moro, cuyo origen eran las danzas de guerreros musulmanes con tema del enfrentamiento entre moros y cristianos.A partir de 1800 la zarzuela adquirió popularidad al incorporar un cierto tono político. Severino Reyes (1861-1924) fue el principal exponente del género (Walang Sugat o Sin herida). La literatura propagandística ocupó el plano de la actualidad durante el período revolucionario: José Rizal (1861-1896), Noli me tangere. Durante la dominación de los E.U.A., la literatura reflejó la resistencia cultural, en español y tagalo. Florentino Collantes (1896-1951) escribió versos nacionalistas en español.
Durante el siglo XX se hizo notar la influencia española y francesa en los dagli, relatos de corte melodramático. El movimiento Panitikan fue contemporáneo de la creación del dagli y acogió las influencias francesa, inglesa y alemana. Los autores principales de la posguerra son N.V.M. González (Children of the ash covered loan, 1954), Nick Joaquin (Tropical gothic, 1972) y César Aquino (Assault in Dumaguete, 1976). En todos ellos es perceptible la influencia del precursor de la literatura de contenido realista Lope K. Santos, novelista en tagalo que describe la sociedad filipina (Radiación y resplandor, 1906). En teatro cabe reseñar la obra de Severino Montano y de Virginia Moreno.En 1571 se fundó la ciudad de Manila, que conserva construcciones notables como la Fortaleza de Santiago, la iglesia de San Agustín (1599-1614) y el convento de Santo Tomás (1615). Durante el siglo XIX, fase final del período colonial, se construyó la catedral de Manila (1878-1879) y el Monte de Piedad. La arquitectura filipina actual está representada por Pablo Antonio, Carlos Argüelles y César Concio.En pintura, la formación en centros españoles permitió la introducción de técnicas y corrientes pictóricas actuales, ya desde el siglo XIX (J. Luna y F. Resurrección Hidalgo). Las obras de los pintores G. Ocampo, Anita Magsaysay y F. Zóbel prosiguen esta tendencia abierta a Europa.
La música filipina amalgama los caracteres indígena e hispánico. En su folclore destacan los cantos fúnebres (sambitan) y epitalámicos (diona), así como los cantos de trabajo. La influencia española aportó corridos, romances, fandangos y buleros. El instrumental, rústico y poco variado, cuenta con órganos de boca y de percusión, procedentes de China y Malasia, e instrumentos de cuerdas punteadas (bajo de uña y bandola). Los misioneros fueron los introductores de la música culta y quienes organizaron la enseñanza musical.Al siglo XIX corresponde la revitalización musical del archipiélago, gracias al impulso dado desde la Universidad de Santo Tomás y el Conservatorio de Música, que formó autores de talla como F. Santiago, C. Jacobé, J. Esteban y J. Felipe, que fuera compositor del himno nacional.
La actividad cinematográfica se inició en la segunda década de este siglo y rápidamente llegó a producir una treintena de películas al año. Después de la Segunda Guerra Mundial, la producción se recuperó de modo progresivo, desde los 10 títulos de 1946 hasta los 208 de 1965. Algunas películas tuvieron resonancia internacional, como Gengis Khan (1952) de G. de León y Lon Salvador.
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