Sólo hay dos medios de pagar las deudas: por el
trabajo y por el ahorro.
Un héroe lo es en todos sentidos y maneras, y
ante todo, en el corazón y en el alma.
El hablar que no termina en acción, mejor
suprimirlo.
Aquel que tiene fe no está nunca solo.
La verdadera universidad de hoy en día es una
colección de libros.
El silencio es el elemento en el que se forman
todas las cosas grandes.
A menudo los grandes son desconocidos o peor,
mal conocidos.
Con números se puede demostrar cualquier cosa.
El sarcasmo es el lenguaje del diablo.
Nada levanta tanto al hombre por encima de las
mezquindades de la vida como admirar, sea lo que sea
o a quienquiera que sea.
Los libros son amigos que nunca decepcionan.
La verdadera nobleza consiste en saber
valerosamente sufrir por los demás y no permitir que
los demás sufran por nosotros.
La educación y la cortesía abren todas las
puertas.
Sólo en un mundo de hombres sinceros es posible
la unión.
No hables, en manera alguna, hasta que tengas
algo que decir.
El ideal está en ti; el obstáculo para su
cumplimiento también.
El verdadero hombre siente su superioridad al
reverenciar lo que realmente le supera. El corazón
no abriga sentimiento más noble ni bendito.
Una vez despertado el pensamiento no vuelve a
dormitar.
Un cuerpo sano es cosa buena; pero un alma sana
vale más que todo lo que el hombre pueda desear; un
alma sana es lo más hermoso que el cielo pueda
concedernos para hacer feliz esta pobre tierra
nuestra.
Puede considerarse bienaventurado y no pedir
mayor felicidad el hombre que ha encontrado su
trabajo.
La verdadera libertad del hombre consiste en que
halle el camino recto y en que ande por él sin
vacilaciones.