La música es un arte que está fuera de los
límites de la razón, lo mismo puede decirse que está
por debajo como que se encuentra por encima de ella.
La gente goza de tan poca fantasía que tiene que
recoger con ansia unos de otros esos pequeños
adornos de la conversación. Son como traperos o
colilleros de frases hechas.
Dejemos las conclusiones para los idiotas.
El cemento armado es una musa honesta y útil, y
quizá en manos de un arquitecto genial sería
admirable; pero cuando se desmanda y se siente
atrevida, como una cocinera lanzada a cupletista,
hace tales horrores, que habría que sujetarla y
llevarla a la cárcel.
El hombre: un milímetro por encima del mono
cuando no un centímetro por debajo del cerdo.
La literatura no puede reflejar todo lo negro de
la vida. La razón principal es que la literatura
escoge y la vida no.
Así como la desgracia hace discurrir más, la
felicidad quita todo deseo de análisis; por eso es
doblemente deseable.
La burocracia en los países latinos parece que
se ha establecido para vejar al público
Siempre es simpático el que triunfa.
Realmente, no sé si con justicia o no, a mí no
me admira el ingenio, porque se ve que hay muchos
hombres ingeniosos en el mundo. Tampoco me asombra
que haya gente con memoria, por grande y portentosa
que sea, ni que haya calculadores; lo que más me
asombra es la bondad, y esto lo digo sin el menor
asomo de hipocresía.
Mucha gente piensa, o por lo menos siente, que
el que no tiene sus hábitos y sus entusiasmos es un
enemigo. A mí me parece lógica la intransigencia
tratándose de ideas esenciales.
La claridad en la ciencia es necesaria; pero en
la literatura, no. Ver con claridad es filosofía.
Ver claro en el misterio es literatura. Eso hicieron
Shakespeare, Cervantes, Dickens, Dostoiewski...
El psicoanálisis es el cubismo de la medicina.
En la vejez no se hace más que repetirse.
La falsedad y el disimulo son útiles dentro de
la vida social. Yo esta condición no la he tenido, y
creo que el no tenerla me ha perjudicado más que
otra cosa. También me ha perjudicado un poco, al
tratar con propios y extraños, el no tener
solemnidad.
El niño ríe por alegría; es el primer escalón.
El humorismo ríe con tristeza; es el último escalón.
Aurora y crepúsculo.
Cuando uno se hace viejo, gusta más releer que
leer.
La historia es siempre una fantasía sin base
científica, y cuando se pretende levantar un
tinglado invulnerable y colocar sobre él una
consecuencia, se corre el peligro de que un dato
cambie y se venga a bajo toda la armazón histórica.