La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos
dones que a los hombres dieron los cielos; con ella
no pueden igualarse los tesoros que encierran la
tierra y el mar: por la libertad, así como por la
honra, se puede y debe aventurar la vida.
¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las
ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?
Señor, las tristezas no se hicieron para las
bestias, sino para los hombres; pero si los hombres
las sienten demasiado, se vuelven bestias.
La senda de la virtud es muy estrecha y el
camino del vicio, ancho y espacioso.
Si los celos son señales de amor, es como la
calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es
señal de tener vida, pero vida enferma y mal
dispuesta.
El que no sabe gozar de la ventura cuando le
viene, no debe quejarse si se pasa.
El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe
mucho.
No hay cosa más excusada y aun perdida que el
contar el miserable sus desdichas a quien tiene el
pecho colmado de contentos.
Más vale una palabra a tiempo que cien a
destiempo.
Las honestas palabras nos dan un claro indicio
de la honestidad del que las pronuncia o las
escribe.
La abundancia de las cosas, aunque no sean
buenas, hacen que no se estimen, y la carestía, aun
de las malas, se estima en algo.
Sea moderado tu sueño; que el que no madruga con
el sol, no goza del día.
Pocas o ninguna vez se cumple con la ambición
que no sea con daño de tercero.
¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo
de pan, sin que le quede obligación de agradecérselo
a otro que al mismo cielo!
El sueño es el alivio de las miserias para los
que las sufren despiertos.
Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea
verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la
mesma experiencia, madre de las ciencias todas.
En las cortesías antes se ha de pecar por carta
de más que de menos.
No hay pecado tan grande, ni vicio tan apoderado
que con el arrepentimiento no se borre o quite del
todo.
Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que
tienen las enfermedades del alma.
El hacer el padre por su hijo es hacer por sí
mismo.
Como no estás experimentado en las cosas del
mundo, todas las cosas que tienen algo de dificultad
te parecen imposibles.