Dios no ha creado fronteras. Mi objetivo es la
amistad con el mundo entero.
El hombre no posee el poder de crear vida. No
posee tampoco, por consiguiente, el derecho a
destruirla.
Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti
mismo.
El capital no es un mal en sí mismo, el mal
radica en su mal uso.
Un error no se convierte en verdad por el hecho
de que todo el mundo crea en él.
Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala
es el silencio de la gente buena.
Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y
no en el resultado. Un esfuerzo total es una
victoria completa.
Puesto que yo soy imperfecto y necesito la
tolerancia y la bondad de los demás, también he de
tolerar los defectos del mundo hasta que pueda
encontrar el secreto que me permita ponerles
remedio.
La voz interior me dice que siga combatiendo
contra el mundo entero, aunque me encuentre solo. Me
dice que no tema a este mundo sino que avance
llevando en mí nada más que el temor a Dios.
La violencia es el miedo a los ideales de los
demás.
Nadie puede hacer el bien en un espacio de su
vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo
indivisible.
Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.
No hay camino para la paz, la paz es el camino.
Casi todo lo que realice será insignificante,
pero es muy importante que lo haga.
¿Qué es la verdad? Pregunta difícil, pero la he
resuelto en lo que a mi concierne diciendo que es lo
que te dice tu voz interior.
En cuanto alguien comprende que obedecer leyes
injustas es contrario a su dignidad de hombre,
ninguna tiranía puede dominarle.
¿La civilización Occidental? Bueno, sería una
excelente idea.
Para una persona no violenta, todo el mundo es
su familia.
Ante las injusticias y adversidades de la
vida... ¡calma!.
Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas
las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la
muerte, para impedir la violencia.
El verdadero progreso social no consiste en
aumentar las necesidades, sino en reducirlas
voluntariamente; pero para eso hace falta ser
humildes.
Uno debe ser tan humilde como el polvo para
poder descubrir la verdad.
Si la muerte no fuera el preludio a otra vida,
la vida presente sería una burla cruel.
Un minuto que pasa es irrecuperable. Conociendo
esto, ¿cómo podemos malgastar tantas horas?
No me gusta la palabra tolerancia, pero no
encuentro otra mejor. El amor empuja a tener, hacia
la fe de los demás, el mismo respeto que se tiene
por la propia.
No debemos perder la fe en la humanidad que es
como el océano: no se ensucia porque algunas de sus
gotas estén sucias.