El hombre razonable se adapta al mundo; el
irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo. Así
pues, el progreso depende del hombre irrazonable.
La virtud no consiste en abstenerse del vicio,
sino en no desearlo.
No hay amor más sincero que el amor a la comida.
El hombre que escucha la razón está perdido. La
razón esclaviza a todos los que no son bastante
fuertes para dominarla.
El hombre puede trepar hasta las cumbres más
altas, pero no puede vivir allí mucho tiempo.
Siempre hay alguien que besa y otro que se
limita a permitir el beso.
No hay beso que no sea principio de despedida;
incluso el de llegada.
El odio es la venganza de un cobarde intimidado.
Sólo triunfa en el mundo quien se levanta y
busca a las circunstancias y las crea si no las
encuentra.
Dichoso es aquel que mantiene una profesión que
coincide con su afición.
Suspendí mi educación cuando tuve que ir al
colegio.
La estadística es una ciencia que demuestra que
si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos
tenemos uno.
Una vida usada cometiendo errores no solo es más
honorable, sino que es más útil que una vida usada
no haciendo nada.
Cuando dos personas están bajo la influencia de
la más violenta, la más insana, la más ilusoria y la
más fugaz de las pasiones, se les pide que juren que
seguirán continuamente en esa condición excitada,
anormal y agotadora hasta que la muerte los separe.
La democracia es el proceso que garantiza que no
seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos.
En la vida no se trata de encontrarse uno mismo,
sino de crearse uno mismo.
La democracia sustituye el nombramiento hecho
por una minoría corrompida, por la elección hecha
merced a una mayoría incompetente.
Cuando Dios creó el Mundo vio que era bueno.
¿Qué dirá ahora?
Un chisme es como una avispa; si no puedes
matarla al primer golpe, mejor no te metas con ella.
Dad al hombre salud y metas a alcanzar y no se
detendrá a pensar sobre si es o no feliz.