No importa lo elocuente que ladre un perro;
nunca podrá decirte que sus padres fueron pobres
pero honestos.
Lo que los hombres realmente quieren no es el
conocimiento sino la certidumbre.
El que la ciencia pueda sobrevivir largamente
depende de la psicología; es decir, depende de lo
que los seres humanos deseen.
El hombre prudente sólo piensa en sus
dificultades cuando ello tiene algún objeto. Cuando
no, piensa en otra cosa.
¡Qué agradable sería un mundo en el que no se
permitiera a nadie operar en bolsa a menos que
hubiese pasado un examen de economía y poesía
griega, y en el que los políticos estuviesen
obligados a tener un sólido conocimiento de la
historia y de la novela moderna!
Cuánto placer se obtiene del conocimiento
inútil.
La conclusión es que sabemos muy poco y sin
embargo es asombroso lo mucho que conocemos. Y más
asombroso todavía que un conocimiento tan pequeño
pueda dar tanto poder.
La calumnia siempre es sencilla y verosímil.
Los más ilustrados de entre los griegos
sostenían que la esclavitud era justificable siempre
que los amos fueran griegos y los esclavos bárbaros,
pero el caso opuesto era contrario a la naturaleza.
Gran parte de las dificultades por las que
atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes
están completamente seguros y los inteligentes
llenos de dudas.
En todas las actividades es saludable, de vez en
cuando, poner un signo de interrogación sobre
aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como
seguras.
Un síntoma de que te acercas a una crisis
nerviosa es creer que tu trabajo es tremendamente
importante.
Carecer de algunas de las cosas que uno desea es
condición indispensable de la felicidad.
Temer al amor es temer a la vida, y los que
temen a la vida ya están medio muertos.
El hombre feliz es el que vive objetivamente, el
que es libre en sus afectos y tiene amplios
intereses, el que se asegura la felicidad por medio
de estos intereses y afectos que, a su vez, le
convierten a él en objeto de interés y el afecto de
otros muchos.
El ser capaz de llenar el ocio de una manera
inteligente es el último resultado de la
civilización.
El hombre juicioso sólo piensa en sus males
cuando ello conduce a algo práctico; todos los demás
momentos los dedica a otras cosas.
La historia del mundo es la suma de aquello que
hubiera sido evitable.