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Tierras y Culturas
MÉXICO
Gobierno y política - 1ª parte
Marco constitucional
éxico
es una república federal compuesta por 31 estados y el
Distrito Federal. Los poderes gubernamentales están
divididos constitucionalmente entre ejecutivo,
legislativo y judicial, pero, cuando México estaba bajo
el dominio de un solo partido en el siglo XX, el
presidente tenía un fuerte control sobre todo el
sistema.
La constitución de 1917, que ha sido modificada en varias ocasiones, garantiza las libertades individuales y civiles, y también establece los principios económicos y políticos para el país.
El poder legislativo se divide en una cámara alta, el Senado y una Cámara de Diputados. Los senadores se nombran por periodos de seis años, y los diputados por de tres años. Los miembros de una legislatura no pueden ser reelectos para el periodo inmediato. Tres quintas partes de los diputados son elegidos directamente por el voto popular, mientras que el resto se seleccionan en proporción a los votos obtenidos por los partidos políticos en cada uno de las cinco grandes regiones electorales.
Cámara de Diputados de México, en una sesión del año
2004, con el presidente Vicente Fox como ponente (Wikimedia
Commons)
El presidente es popularmente elegido por un periodo limitado de seis años; está facultado para nombrar su gabinete, el secretario de Justicia, los diplomáticos, los altos cargos militares, y los jueces de la corte suprema de justicia (que sirven vitaliciamente).
El presidente también tiene el derecho de emitir Reglamentos (decretos ejecutivos) que tienen efectos de ley. Como no existe el cargo de vicepresidente, en el caso de muerte o incapacidad del presidente, la legislatura designa un sucesor provisional. El Poder Ejecutivo ha dominado históricamente los otros dos poderes del Estado, aunque el Congreso ha ganado una mayor cuota de poder desde el siglo XX.
Gobierno local
La constitución federal relega varias facultades a los 31 estados y el Distrito Federal (Ciudad de México), incluyendo la capacidad de aumentar los impuestos locales. Por otra parte, las constituciones estatales siguen el modelo de la constitución federal en cuanto a las tres ramas independientes de gobierno legislativo, ejecutivo y judicial. La mayoría de los estados tienen una legislador unicameral llamado Cámara de Diputados, cuyos miembros son nombrados por periodos de tres años. Los gobernadores son elegidos popularmente para períodos de seis años y no pueden ser reelegidos.
Debido a la tradición de gobierno altamente centralizado de México, los presupuestos estatales y locales dependen en gran medida de los fondos asignados por el gobierno federal. Bajo el gobierno del PRI, los presidentes mexicanos influyeron o decidieron sobre muchos asuntos estatales y locales, incluidas las elecciones. Aunque tal control centralizado ya no se acepta en general, los principales partidos políticos de México mantienen bases de poder locales dominantes en varios estados y ciudades.
En su nivel más básico, el gobierno local es administrado por más de 2.000 municipios, que pueden ser totalmente urbanos o consistir en una ciudad o pueblo central y su zona de influencia. Los miembros de gobiernos municipales suelen ser elegidos por períodos de tres años.
Justicia
El sistema judicial de México se compone de varios tribunales, incluida la Corte Suprema de Justicia, cuyos 11 miembros son nombrados por el presidente y confirmados por el Congreso; el Tribunal Electoral, encargado de supervisar las elecciones; el Consejo de la Judicatura Federal; y numerosos tribunales de distrito. Aunque México tiene dos tribunales federales y estatales, los casos más graves se siguen en los tribunales federales por jueces sin la ayuda de jurados.
Según la ley, los acusados tienen varios derechos para asegurar un juicio justo y un trato humano; en la práctica, sin embargo, el sistema está sobrecargado y plagado de problemas. A pesar de los esfuerzos decididos por parte de algunas autoridades en la lucha contra el robo, el fraude y la delincuencia violenta, pocos mexicanos tienen total confianza en la policía o el sistema judicial, y en consecuencia un gran porcentaje de los delitos no se denuncian.
Aunque las autoridades mexicanas han redoblado esfuerzos
en la lucha contra el crimen, los ciudadanos tienen poca
confianza en la acción de la policía o la justicia
Por otra parte, los acusados pobres e indígenas sufren una parte desproporcionada de los arrestos y detenciones arbitrarias, y muchos se mantienen durante largos periodos anteriores a los procesos o la sentencia. Las cárceles de México, como la mayoría de los de América Latina, están por lo general saturados y son notorias las condiciones insalubres, la corrupción y los abusos de diversa índole. La gran mayoría de los presos mexicanos se mantienen en cientos de instalaciones estatales y locales, aunque en menor cantidad se encuentran en las prisiones federales.
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