Frases célebres
San Agustín de Hipona - 1ª parte
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- Conviene matar el error, pero salvar a los que
van errados.
- Aprueba a los buenos, tolera a los malos y
ámalos a todos.
- Nadie puede ser perfectamente libre hasta que
todos lo sean.
- Cuando estés en Roma, compórtate como los
romanos.
- Conócete, acéptate, supérate.
- Dios lo que más odia después del pecado es la
tristeza, porque nos predispone al pecado.
- Una vez al año es lícito hacer locuras.
- No se accede a la verdad sino a través del amor.
- Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti.
- Nadie niega a Dios, sino aquel a quien le
conviene que Dios no exista.
- El hombre no reza para dar a Dios una
orientación, sino para orientarse debidamente a sí
mismo.
- El pasado ya no es y el futuro no es todavía.
- La oración es el encuentro de la sed de Dios y
de la sed del hombre.
- Creo para comprender, y comprendo para creer
mejor.
- No digas que el tiempo pasado fue mejor que el
presente; las virtudes son las que hacen los buenos
tiempos, y los vicios los que los vuelven malos.
- No hay riqueza más peligrosa que una pobreza
presuntuosa.
- En las cosas necesarias, la unidad; en las
dudosas, la libertad; y en todas, la caridad.
- Cuanto mejor es el bueno, tanto más molesto es
para el malo.
- ¿Qué es, pues el tiempo? Si nadie me lo
pregunta, lo sé; si quiero explicarlo a quien me lo
pide, no lo sé.
- La razón no se sometería nunca, si no se juzgase
que hay ocasiones en que debe someterse.
- Buscad lo suficiente, buscad lo que basta. Y no
queráis más. Lo que pasa de ahí, es agobio, no
alivio; apesadumbra en vez de levantar.
- La ociosidad camina con lentitud, por eso todos
los vicios la alcanzan.
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