Frases célebres
Johann Wolfgang von Goethe - 3ª parte
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- La actividad es lo que hace feliz al hombre.
- ¡Como te pareces al agua, alma del hombre! ¡Como
te pareces al viento, destino del hombre!
- Todo comienzo tiene su encanto.
- ¿Cuál es el mejor gobierno? El que nos enseña a
gobernarnos a nosotros mismos.
- El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo.
- Es un gran error creerse más de lo que uno es, o
menos de lo que uno vale.
- Los pecados escriben la historia, el bien es
silencioso.
- Una vida ociosa es una muerte anticipada.
- El talento se desarrolla en lugares tranquilos,
el carácter en el tumultuoso curso de la vida.
- Se tiende a poner palabras allí donde faltan las
ideas.
- Las palabras de aliento después de la censura
son como el sol tras el aguacero.
- Uno tiene que ser algo para poder hacer algo.
- El niño es realista; el muchacho, idealista; el
hombre, escéptico, y el viejo, místico.
- ¿Quién osó luchar con los dioses, y quién con el
Único? Es hermoso ser un discípulo de Homero, aunque
sea el último.
- La multitud no envejece ni adquiere sabiduría:
siempre permanece en la infancia.
- Para conocer a la gente hay que ir a su casa.
- La ventaja se la lleva aquel que aprovecha el
momento oportuno.
- Estar preocupado es ser inteligente, aunque de
un modo pasivo. Sólo los tontos carecen de
preocupaciones.
- El espíritu humano avanza de continuo, pero
siempre en espiral.
- Asombro: lo más elevado a que puede llegar el
hombre.
- Cuando más desquiciada está la vida de la mente,
más abandonada a sí misma queda la máquina de la
materia.
- No hablaríamos tanto en sociedad si nos diéramos
cuenta del poco caso que hacen los demás de lo que
decimos.
- El hombre sordo a la voz de la poesía es un
bárbaro.
- Una vida inútil equivale a una muerte prematura.
- Toda palabra dicha despierta una idea contraria.
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