Frases célebres
Baltasar Gracián - 1ª parte
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- Muchas veces nace la enfermedad del mismo
remedio.
- Cada uno muestra lo que es en los amigos que
tiene.
- Todos los necios son obstinados y todos los
obstinados son necios.
- Por grande que sea el puesto, ha de mostrar que
es mayor la persona.
- Métense a querer dar gusto a todos, que es
imposible, y vienen a disgustar a todos, que es más
fácil.
- Es tan difícil decir la verdad como ocultarla.
- La muerte para los jóvenes es naufragio y para
los viejos es llegar a puerto.
- La confianza es madre del descuido.
- Pon un gramo de audacia en todo lo que hagas.
- Es desgracia habitual en los ineptos la de
engañarse al elegir profesión, al elegir amigos y al
elegir casa.
- La costumbre disminuye la admiración, y una
mediana novedad suele vencer a la mayor eminencia
envejecida.
- No te pongas en el lado malo de un argumento
simplemente porque tu oponente se ha puesto en el
lado correcto.
- No hay peor sordo que el que no puede oír; pero
hay otro peor, aquél que por una oreja le entra y
por otra se le va.
- Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
- A los veinte años un hombre es un pavo real; a
los treinta, un león; a los cuarenta, un camello; a
los cincuenta, una serpiente; a los sesenta, un
perro; a los setenta, un mono; a los ochenta, nada.
- ¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los
gritos de la madre que la da y los lloros del hijo
que la recibe?
- Saber olvidar, más es dicha que arte.
- Donde acaba el deseo comienza el temor.
- Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a
otros.
- Visto un león, están vistos todos, pero visto un
hombre, sólo está visto uno, y además mal conocido.
- Quien no tiene enemigos, tampoco suele tener
amigos.
- Lo único que realmente nos pertenece es el
tiempo: incluso aquel que no tiene otra cosa cuenta
con eso.
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