Frases célebres
Anatole France - 2ª parte
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- El árbol de las leyes ha de podarse
continuamente.
- Cuando se alza un poder ilegítimo, para
legitimarlo basta reconocerlo.
- Afortunadamente, no tenemos por qué parecernos a
nuestros retratos.
- En la sociedad no todo se sabe, pero todo se
dice.
- Toda la justicia social descansa en estos dos
axiomas: El robo es punible y el producto del robo
es sagrado.
- Los autores de revoluciones no pueden sufrir que
otros las hagan después de ellos.
- Una cosa sobre todo hace sugestivo el
pensamiento humano: es la inquietud.
- No hay castos; solamente hay enfermos,
hipócritas, maniacos y locos.
- En todo lo que nos rodea y en todo lo que nos
mueve debemos advertir que interviene en algo la
casualidad.
- Morir es tan sencillo y tan aceptable como
nacer.
- Cada cual tiene la edad de sus emociones.
- La razón es lo que más asusta en un loco.
- La moral es la regla de las costumbres. Y las
costumbres son los hábitos. La moral es, pues, la
regla de los hábitos.
- Todos los cambios, aun los más ansiados, llevan
consigo cierta melancolía.
- Si exagerásemos nuestras alegrías, como hacemos
con nuestras penas, nuestros problemas perderían
importancia.
- Es cierto que el amor conserva la belleza y que
la cara de las mujeres se nutre de caricias, lo
mismo que las abejas se nutren de miel.
- Es preciso elevarse con las alas del entusiasmo.
Si se razona, no se volará jamás.
- La utopía es el principio de todo progreso y el
diseño de un futuro mejor.
- No perdamos nada del pasado. Sólo con el pasado
se forma el porvenir.
- Sin mentiras la humanidad moriría de
desesperación y aburrimiento.
- La oscuridad nos envuelve a todos, pero mientras
el sabio tropieza en alguna pared, el ignorante
permanece tranquilo en el centro de la estancia.
- El futuro está oculto detrás de los hombres que
lo hacen.
- Los hombres mediocres, que no saben que hacer
con su vida, suelen desear el tener otra vida más
infinitamente larga.
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