En muchísimas ocasiones tenemos ante nosotros sellos que encierran historia a raudales, aunque los diccionarios o enciclopedias nos los despachen con unas pocas líneas, sobre todo si no pertenecen a nuestra cultura o entorno más inmediato. El egocentrismo está presente, incluso, en las cosas más simples, como es el caso de un sello de correos. Nos encantan ciertas emisiones, especialmente las conjuntas, ¿por qué? Sencillamente porque los hombres (políticos o funcionarios a la sombra) trabajan en equipo buscando lo que une y no lo que nos separa. Muchas son las emisiones que año tras año ven la luz entre las estampillas de las administraciones postales que día a día aparecen en el mundo filatélico. Las de hoy están dedicadas a un personaje que fue vital para su pueblo en un momento de crisis en la Europa de la época en que le tocó vivir.
La conmemoración fue a tres bandas: Austria, Hungría e Israel lanzaban los sellos específicos el 6 de julio de 2004 como homenaje postal para Theodor Herzl (o TIVADAR su nombre en húngaro), en la Gran Enciclopedia Universal lanzada por el diario EL MUNDO, citan así a nuestro personaje con historia:
HERZL, THEODOR periodista y escritor austriaco (Budapest, 1860 – Edlach, 1904). Escribió Der Judenstaat (El Estado Judío), en el que reclama para los israelitas un lugar en Palestina. Fue el jefe del movimiento sionista que él mismo creó. Escribió además El país antiguo y nuevo y Palais Bourbon».
¿Mucho? ¿Poco? Todo dependerá del interés de cada cual en el personaje en cuestión, aunque no será la primera ni la última vez que acudimos a una enciclopedia y al final tenemos que recorrer toda la biblioteca para poder montar un pequeño artículo. Actualmente tenemos Internet y facilita la tarea, pero allí tenemos tanta documentación que, por fuerza, se siente desbordado. El coleccionista que quiere documentar sus piezas lo tiene hoy más fácil que en la década precedente. Volvamos entonces con nuestro personaje.
Herzl, el periodista, ideólogo y escritor, que soñó con un estado judío, nació el 2 de mayo de 1860 en Pest (Budapest, entonces parte del Imperio Austro-Húngaro) en la calle Dohány 2-8 [Metro Astoria] y donde se localiza el Museo Judío y una de las principales alas de la más grande de cuantas sinagogas fueron construidas a lo largo de la historia. De estilo bizantino-árabe, fue realizada por el vienés Ludwig Förster (1854-1859), al lado fue donde se levantó [1921-1931] el Museo donde se exponen objetos y útiles referentes a la cultura y religión judía.
Herzl inició sus estudios en la escuela elemental judía, en esa etapa formó parte del grupo «WIR» [Nosotros], tras fallecer su hermana se trasladó con toda su familia a Viena en 1878 y allí siguió sus estudios de derecho y literatura, en 1864 se graduaba como Doctor en Leyes, ejerció su profesión y fue funcionario estatal; rápidamente devino excelente comentarista y escritor. Un gran número de artículos, historias cortas, novelas, etc., vieron la luz en las imprentas de Viena, Berlín, Leipzig, etc., gracias a ese éxito literario, se convierte en un solicitado corresponsal de prensa en París y ello le permitió seguir de cerca el célebre caso «Dreyfus», trabajó para Neue Fraie Presse (NFP – Nueva Prensa Libre) entre 1891-1895, aquí ejerció una poderosa influencia en la parte literaria y fue redactor del suplemento correspondiente. Se casó en 1889 con Julie Naschauer con la que tuvo tres hijos: Pauline, Hans y Trude.
Fue su trabajo sobre el Estado Judío (aparecido originalmente en alemán en 1896, tenía 86 páginas) el que le impulsó como valedor de su pueblo: sus ideas sionistas calaron en una sociedad constantemente convulsionada por un antisemitismo galopante (algo similar a lo que ahora mismo nos trae la prensa de nuestros días y eso que los ataques a intereses o cementerios judíos en Europa no son siempre centro de interés periodístico, aunque otros actos de menor importancia o trascendencia sean divulgados hasta la saciedad por unos medios cada vez más concentrados en unas pocas manos y los pueblos estén cada vez más manipulados).
Herzl convoca el Primer Congreso Sionista junto con O Marmorek y M Nordau, éste se celebra en Basilea (Suiza) el 28 de agosto de 1897, llegaron delegados de 16 países, allí será elegido presidente del mismo hasta su muerte. Su novela «Ösújország»[Altneuland] (El país antiguo y nuevo) verá la luz en 1902, está considerada una de las piedras fundamentales del ideario sionista. Para la compra de tierras de asentamiento se creó el Fondo Nacional Judío, este fondo mundial facilitó la reinserción de miles de judíos llegados a Israel tras huir de las persecuciones a las que le sometieron en el continente europeo. También se creó el Banco Jewish Colonial Trust y la subsidiaria Anglo Palestine Company con sede en Haifa; la Keven Kayemeth Leisrael (KKL o JNF = Fundación Nacional Judía) y el órgano del movimiento «Die Welt» (El Mundo) que se publicaría mensualmente en Viena.
Entre 1896 y 1904 recorrió Europa, por su magnetismo personal atrajo las simpatías de las comunidades judías y sus líderes acabaron concentrándose en torno a su ideario central de una patria para su pueblo, se convirtió en el más importante defensor de la diplomacia judío-sionista de la época, llegó a entablar diálogos y discusiones con líderes y jefes de gobierno que comprendieron el problema del judaísmo. Le sucedió, al frente del Congreso Sionista, Max Nordau.
Su incansable actividad acabó trayéndole graves problemas de salud que culminan con un ataque al corazón que le lleva a la tumba el 3 de junio de 1904 en Edlach (Baja Austria), de acuerdo a sus deseos, sus restos mortales, que permanecían en Viena, fueron llevados a Israel y sepultados en la cima del Monte Herzl [oeste de Jerusalén] en 1950.
Los sellos de las tres administraciones postales (aunque no sean los únicos que le honraron, aparecieron más estampillas en otras ocasiones) muestran a un Herzl maduro con una prolífica barba poco antes de su muerte (acaecida a los 44 años) según el retrato realizado por Herman Struck (Berlín, 1876, Haifa, 1944), como fondo el título de su obra principal. En el caso de Hungría e Israel, la parte inferior de las hojas queda reservada a las típicas bandeletas con un texto manuscrito en alemán y traducido al hebreo, húngaro e inglés: «If you will, it is no fairy tale» (Si tú quieres, no será un cuento). Los signos postales de los tres correos fueron realizados por los artistas Adth Vanooijen (Israel y Austria) y Péter Nagy (Hungría).
Se emitieron en hojas de 9+3 viñetas valor facial de 150 Ft. (Hungría), tuvo una tirada de 450.000 ejemplares que fueron realizados por Pénzjegynyomda Rt en offset. El de Israel tuvo un facial de 2,50 NSL e impreso por la E Lewin Epstein Ltd. El de Austria fue de 0,55€ siendo impreso por la Österreichische Staatsdruckerei GmBH en heliograbado con una tirada de 1.440.000 ejemplares. En todos los casos la fotografía fue cortesía de Micky Bernstein (Tel Aviv).
JUAN FRANCO CRESPO
lacandon999@yahoo.es
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