Se identifican como TIC, o tecnologías de la información y la comunicación, al conjunto de dispositivos, equipos en red, sistemas informáticos y aplicaciones que, combinados, permiten el acceso, producción, tratamiento e intercomunicación entre personas, empresas y organizaciones públicas o privadas, interactuando todos en un mundo digitalizado que maneja textos, imágenes, sonido y otras formas de comunicación abiertas o codificadas.
El dispositivo más representativo de estas tecnologías es el ordenador; e Internet, el medio que hace posible la intercomunicación. Ambos, constituyen en la historia de la humanidad, un gran salto cualitativo y cuantitativo en tanto que, por una parte, han cambiado radicalmente las formas de comunicar y relacionarse los humanos, así como el acceso al conocimiento y su difusión; y por otro lado, porque se han diversificado notablemente los medios, materiales y tecnologías así como sus innumerables aplicaciones, convirtiendo el término TIC en un acrónimo que ya se ha quedado muy corto, siendo incapaz de representar todos los campos que podría abarcar en su vertiente informática y telemática.
En este sentido, son diversas e incluso ambiguas, la cantidad de definiciones que se han publicado en las últimas décadas, que fueron recogidas y señaladas por Julio Cabero (1996). Castells y otros (1986) indican que las TIC «comprenden una serie de aplicaciones de descubrimiento científico cuyo núcleo central consiste en una capacidad cada vez mayor de tratamiento de la información”. Bartolomé (1989) señala que se refiere a «los últimos desarrollos tecnológicos y sus aplicaciones». Gilbert y otros (1992), hacen referencia al “conjunto de herramientas, soportes y canales para el tratamiento y acceso a la información”. García–Valcárcel (1998) señala que “son todos aquellos medios que surgen a raíz del desarrollo de la microelectrónica, fundamentalmente los sistemas de vídeo, informática y telecomunicaciones”. En la misma línea de Gilbert, el diccionario Santillana de Tecnología Educativa (1991), las define como “los últimos desarrollos de la tecnología de la información que en nuestros días se caracterizan por su constante innovación”.
No obstante, independientemente de todas esas definiciones más o menos ambiguas, se ha convenido aplicar el término TIC explícitamente a la información y comunicación que se transmite por medios electrónicos –al margen de otras tecnologías que no utilizan la difusión telemática–, tales como teléfonía, radio, televisión, hardware y software (ordenadores, tabletas, teléfonos móviles…), redes, sistemas de satélite, etc.
La tecnología que hace posible la información y comunicación en cualquier momento y lugar, ha venido a romper barreras físicas, geográficas, de género, de conocimiento, de idioma, de pensamiento…
Si Internet se ha demostrado como una nueva revolución, las TIC le dan vida y sentido. El impulso que han recibido en los últimos años las han convertido en una industria pujante y en rápido crecimiento a nivel global, en gran cantidad de áreas de aplicación. Destacar la importancia de las TIC en las empresas, en medicina y salud, energías, logística y movilidad, comercio, agricultura, gestión y administración, finanzas y, especialmente, el aprendizaje digital. Los docentes hallaron en ella las herramientas perfectas para la capacitación, la tutoría y una gestión educativa más eficiente.
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En 1951, fue desarrollada la primera computadora comercial por John Eckert y John W. Mauchly. La llamaron UNIVAC 1. Su primera misión fue predecir el resultado electoral de la elecciones presidenciales de 1952. A lo largo de los siguientes 25 años, las computadoras sirvieron a grandes corporaciones para realizar cálculos y manejar importantes cantidades de información que se almacenaban en bases de datos. Enseguida se le encontraron aplicaciones científicas y de ingeniería, para el diseño de reactores nucleares, de aviones, e incluso para establecer los patrones climáticos mundiales.
La primera computadora comercial UNIVAC 1, era una inmensa máquina que pesaba algo más de 7 toneladas y utilizaba unos 5000 tubos de vacío para realizar las operaciones. Imagen Wikimedia Commons.
Antes de 1980 todavía no se podía vaticinar lo que la informática y la comunicación electrónica aportarían a la humanidad; una revolución estaba en marcha pero sus promotores ni lo sospechaban. La información circulaba de momento en una sola dirección: la prensa, la radio o la televisión apenas podían interactuar con los lectores, oyentes y televidentes, aún faltarían al menos 20 años para comenzar a descubrir la bidirecionalidad en los medios de información social.
En 1975 se inició una era de miniaturización de las computadoras, que reducían considerablemente aquellas primeras máquinas que podían ocupar incluso una habitación entera. Tomó la delantera el Instituto de Tecnología de Massachusetts, que desarrolló las primeras microcomputadoras; le siguió la Tandy Corporation al año siguiente; y en 1977 apareció la microcomputadora de Apple, que se demostraría un éxito con el tiempo.
A partir de 1980, las microcomputadoras siguieron apareciendo en escena, fábricas y pequeñas empresas comenzaron a incluirlas entre sus equipos para la gestión y organización. Pero, el pistoletazo de salida de la informática accesible a todos los niveles de la sociedad, lo daría IBM en 1981, cuando lanzó el primer ordenador personal o Personal Computer (PC) de bajo coste, en respuesta al éxito que estaba teniendo el ordenador de su competidor Apple.
Primer IBM PC. Imagen Wikimedia Commons.
Dos años más tarde Columbia Data Products construye la primera máquina PC Compatible, que imitaba legalmente la arquitectura del PC de IBM, es decir, era un PC clonico, y así comenzaron a ser reconocidas todas las nuevas máquinas que otros fabricantes fueron sacando al mercado. A Columbia le siguieron Eagle Computer, Compaq Computer, Xerox, Hewlett Packard, Digital, Sanyo, Texas Instruments, Tulip… Algunos de los equipos no eran 100% compatibles con el hardware de IBM, pero todos crearon un mercado revolucionario del PC.
En 1984 Apple lanzaba el Macintosh, convirtiéndose en el primer ordenador de éxito que utilizaba ratón y una interfaz gráfica. Mientras tanto, el PC clónico fue tomando el mercado y a partir de 1990 ya era un estándar, siendo los ordenadores preferidos para los negocios y el hogar. Hoy en día, el PC y el Macintosh, se han convertido en dos estándar, copando el mercado mundial de los ordenadores personales.
La tecnología de la información creció a la par que los ordenadores fueron siendo accesibles al público. La aparición de Internet se demostraría, con el tiempo, la pareja perfecta para crear la nueva sociedad de la información y la comunicación. En 2006, la Asamblea General de la ONU declaró el 17 de mayo como Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, para llamar la atención sobre la importancia de las TIC en nuestra vida actual.
La aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación da lugar a las competencias digitales, es decir, la capacidad de buscar, obtener, procesar y comunicar información, y en consecuencia transformar esa información en conocimiento adquirido, utilizando las distintas herramientas tecnológicas y aplicaciones disponibles para cada fin propuesto.
La UNESCO publicó los «Estándares de competencias en TIC», donde se detalla una serie de competencias digitales dirigidas a docentes (profesores titulados o futuros profesores), que asumen la responsabilidad de ser guías del proceso de enseñanza y aprendizaje de los alumnos dentro de una sociedad digitalizada, por tanto en torno a las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
Descripción gráfica de las competencias digitales. Ilustración Wikimedia Commons.
El papel de internet y las nuevas tecnologías es clave en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Es seguro, que el futuro de nuestra sociedad se escribe en digital, así quedó patente en el Día Mundial de Internet, donde se pone de manifiesto la importancia de las TIC para responder a esos objetivos.
Los ODS lo integran 17 acciones consideradas imprescindibles para avanzar hacia una sociedad más justa y sin desigualdades. Este plan fue lanzado en 2015, fijándose un horizonte de 15 años (hasta 2030) para alcanzar los objetivos propuestos. Las TIC pueden contribuir a acelerar el cumplimiento de esos 17 objetivos, pero especialmente a 6 de ellos:
-El ODS 3, que insta a que se garantice la vida sana, así como el bienestar en todas las franjas de edades.
-El ODS 4, que llama a garantizar la educación inclusiva y de calidad para todos, promoviendo el aprendizaje permanente.
-El ODS 5, que busca la igualdad de Género y poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas.
-El ODS 9, que llama a la inversión en infraestructura y la innovación, como motores fundamentales del crecimiento y el desarrollo.
-El ODS 11, que insta a la consecución de ciudades y comunidades inclusivas, seguras y sostenibles.
-El ODS 13, que llama a tomar medidas urgentes combatir el cambio climático y sus impactos medioambientales.
En definitiva, las TIC son una pieza clave en la Agenda Conectar 2030. Además, el desarrollo de una sociedad que apuesta por la Educación Digital, y que permita el acceso igualitario a conocimientos, resultará indispensable en un futuro donde la sociedad de la información y la comunicación ya formará parte indisoluble de nuestra rutina de vida.
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