Desde hace un par de décadas recibo información de las emisiones postales de la denominada “isla rebelde”, Taiwán o República de China, algo que no sucede con las emisiones de Pekín. Me sorprendió oír que esta cantante había sido filatelizada cuando revisé los archivos: no constaba en ninguna de las estampillas que se habían emitido. ¿Dónde estaba el misterio?
Simplemente en la nueva modalidad de sellos personalizados que invade el mundo. El servicio español de Radio Taiwán Internacional convocaba un concurso y el premio: emisiones dedicadas a la inolvidable Teresa Teng, así que decidí enviar mi participación. Cuál sería mi sorpresa cuando escucho mi nombre entre los oyentes ganadores y pocos días después llegó el paquete con un presente pulcramente presentado en un soberbio empaquetado que no deja indiferente a ningún filatelista, mucho más si éste es amante de la música, campo en el que la señora Teng era toda una autoridad, aunque prácticamente sea desconocida para el hispano [salvo los habituales de la onda corta que frecuentemente han oído sus bellas, románticas y pegadizas canciones.
Teresa Teng [Li-Chun Teng], nació en Bao-Zhong (Condado de Yunlin) el 29 de enero de 1953-8 de mayo de 1995, mientras estaba de vacaciones en Tailandia sufrió un ataque de asma, tenía 42 años. Fue una de las más populares voces del panorama pop taiwanés, aclamada, sobre todo, en los grandes núcleos de expatriados chinos y los autóctonos de un buen número de países del sudeste asiático.
Hay dos canciones en su discografía que no dejan indiferente al que las escucha: “La Luna representa mi corazón” [fue la base del concurso, el oyente escuchaba, durante el pasado verano, la canción original y decenas de versiones por una gran cantidad y variedad de voces; componer tu impresión y enviarla a la emisora de Taipei. Me recordaba a aquella cantante catalana, prácticamente ignorada en el principado: Gloria Lasso y ahí me centré para realizar mi trabajo] o “¿Cuándo volverás? Otra de las melodías maravillosas de esta gran intérprete.
En ambos casos fueron su marca personal, las piezas que todos los públicos le pedían, las que más se escuchaban y las que todavía levantan pasiones entre las colonias chinas de medio mundo. Su familia era originaria de Hebei (China continental), su formación inicial la realizó en Guinling y desde muy joven supo el sabor que tenía la gloria del triunfo pues en 1964 ya logró una cierta popularidad en la película “Amor eterno” en donde cantaba “Visitando Yingtai” que se grabó para la Broadcasting Corporation of China [ganó el premio del Festival de la Chinese Radio Station Huangmei en agosto de 1963, apenas tenía 10 años], con 14 años se convirtió en la invitada de honor del show televisivo “Cada día una estrella”.
La isla estaba en pleno proceso de cambios sociales, de la agricultura saltaba a la era industrial y los hogares taiwaneses comenzaron la alocada carrera consumista y las grabaciones musicales una de las parcelas más económicas y populares de los años sesenta, ese hecho marcó el éxito de la jovencita Teng que abandona sus estudios y se concentra en su carrera musical que le depara grandes satisfacciones, entre ellas las dedicadas a los más desfavorecidos que le acabaron valiendo el título honorífico de Reina de la Caridad [Charity Queen of the Bai Hua You Arts Auction].
En 1969 fue invitada por la mujer del presidente de Singapur para un exitoso festival benéfico que acabó abriéndole más puertas en el mercado del sudeste asiático. En 1972 fue la primera taiwanesa que se colocó en el TOP 10 de Hong Kong, al año siguiente firmaba su contrato con Polydor Records de Japón y se marcha a conquistar el mercado nipón, especialmente tras su estudio intensivo de japonés, lengua que llegó a dominar bastante bien en poco menos de seis meses de intensiva inmersión lingüística y que dio paso a su primer y triunfal álbum “Konya Kashira? Ashita Kashira?” [Podría ser esta noche o mañana] seguido, apenas tres meses más tarde, por “Kuukuo” [Aeropuerto, 1.07.1974] que le valdrá el premio a la mejor cantante del año.
En 1975 firma con la PolyGram de Hong Kong y graba “Adiós mi amor” que le abre el mercado de la populosa ex colonia británica y le permite realizar un año después, el exitoso recital en solitario en el Teatro Lee. En 1977 gana el premio de la televisión nipona con “Vivo para ti” y dos años después realiza una exitosa gira por Estados Unidos y Canadá aprovechando para perfeccionar su inglés en la University of South California, se convierte en la primera china que actúa en Los Angeles Music Center. A su regreso a su isla visita la guarnición militar acantonada en Kinmen y canta en el Sun Yatsen Memorial en un concierto benéfico destinado a recaudar fondos para la Fundación Patriótica que le significará el nombramiento de “Artista del Pueblo” que concede la Oficina de Información del Gobierno de Taiwán. Ese concierto fue un hecho no muy comprendido por sus seguidores, como tampoco entendieron cuando se colocó al lado de los represaliados por los sucesos de Tiananmen años después.
En 1981 realiza su séptimo concierto en solitario en Hong Kong: fue la primera artista que logró esa hazaña en aquel exclusivo mercado asiático al actuar exitosamente durante siete temporadas seguidas. En 1983 vuelve a Estados Unidos: será la primera china que actúa en el exclusivo Ceasar’s Palace [Las Vegas]. Sigue cosechando éxitos, entre ellos el prestigioso Annual Cable TV Award [Japón, 1985-1985-1986], algunas de sus canciones logran casi tres meses de permanencia en el TOP TEN nipón, algo insólito hasta ese momento y en 1986 coloca más de cinco millones de copias de su “Nagare ni mi wo makase”.
A mediados de los ochenta ya vive casi retirada del espectáculo, aunque no deja de prestar su voz a las causas benéficas para las que era un verdadero talismán. En 1988 se trasladó a una villa que había adquirido en la exclusiva zona de Carmel Road-Stanley (Hong Kong) y al año siguiente se instalaba en París.
De manera póstuma logró el título “Personaje que más influyó en el mundo cultural chino” hace un par de años y el honorífico de “La mujer china que más influyó en la moda de la región en los pasados sesenta años”.
Su vida se vio truncada con un inesperado ataque de asma mientras descansaba en la exclusiva Chiang Mai (Tailandia), el 8 de mayo de 1995, su féretro fue cubierto con la bandera de Taiwán y miles de personas lloraron, en silencio, a una de las pocas cantantes que logró conciliar, a pesar de su posicionamiento, a chinos de toda clase y condición allá en donde actuaba. Está considerada una cantante clásica en la historia de la música contemporánea china, la mejor y más representativa voz china del siglo XX. Time la consideró en 1986 una de las siete mejores cantantes chinas de todos los tiempos. Su cuerpo descansa en el Jardín Teresa Teng en Jinbao Mountain (Condado de Taipei).
Sin duda una de las voces más aterciopeladas, dulces y melodiosas de las que dio Taiwán en toda la historia de la música. No importa que sea de otra cultura, de otro idioma, su voz te atrapa, te envuelve y te hace soñar con ese azucarado acento que rompía los corazones de millones de asiáticos cuando daban rienda suelta al contenido de sus letras. Grabó en chino mandarín, cantonés, indonesio, inglés, japonés, y vietnamita.
Si le interesa la isla de Formosa, la emisión en español de Radio Taiwán Internacional sale al aire por los 3965 kHz de 2000-2100 UTC (9 de la noche, hora de invierno en Europa) a través del centro emisor de Issoudum (Francia). Por medio de esas emisiones tendrá la oportunidad de obtener información directa de aquella zona del mundo y quien sabe si también se convierte en un nuevo fan de esta inigualable voz asiática.
En total se han lanzado seis hojitas bloque personalizadas, en la imagen sin valor postal es donde podemos ver a la cantante a lo largo de su exitosa carrera profesional de casi tres décadas. Conmemoran el XV aniversario de su muerte y una séptima sin valor postal impresa en oro, los sellos que hacen pareja tienen un facial de 3,50 NT$ tarifa básica nacional y corresponden a la emisión de felicitaciones que tanto éxito tuvo en su momento, cada estampilla se emplea para una de las situaciones específicas. Evidentemente, estas hojitas, si se desmontan, pierden su interés temático global por lo que si alguien las recibe en su correspondencia deberá guardarlas enteras Hay diferentes temas conexos y cada coleccionista debe valorar el lugar que cada pieza ocuparía en su colección. Preciosas hojitas y merecido homenaje a la reina taiwanesa de la música, ahora sólo falta que se le dediquen sellos de correo reales y honrarla postalmente como ella se merece.
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JUAN FRANCO CRESPO
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