Con orígenes en el siglo XIX, y tras un lapsus de 25 años, la actual Banda de Alba de Tormes (Salamanca) fue fundada en enero de 1992 con jóvenes alumnos de la recién creada Escuela Municipal de Música dirigida por Mario Vercher Grau. Desde entonces la Banda de Alba de Tormes ha actuado en más de dos centenares de ocasiones en diversos lugares de la geografía nacional (todas las provincias de Castilla y León, así como Pontevedra, Zaragoza, Cáceres, Badajoz, Madrid, Guadalajara, Almería, Valencia y Alicante). Asimismo ha participado en festivales y conciertos en Portugal.
Entre sus actuaciones destacan el concierto monográfico dedicado al compositor valenciano Joaquín Gericó en 2002 y la participación en el V Ciclo de RNE en 2004, ambos en el Palau de la Música de Valencia. La versatilidad de la Banda de Alba de Tormes hace que sea requerida para gran variedad de actos: Semana Santa de Salamanca y Zamora, Feria taurina de Salamanca, Corrida de la Beneficencia en la Plaza de las Ventas de Madrid (1993) así como otros espectáculos. Ha realizado diversos estrenos absolutos de autores como Joaquín Gericó y Abel Moreno. Solistas como Xavier Richart y Alejandro Blay (dolçaina), Pilar Grande (castañuelas) y Paz Carrasco (soprano) han colaborado con la Banda de Alba de Tormes en estrenos y grabaciones.
Es la primera Banda de Castilla y León que ha participado en el Certamen Internacional de Bandas de Música Ciudad de Valencia, habiéndolo hecho en 1994 y 1995 (tercera sección), en el Certamen Nacional de Bandas de Leganés (1995, 1999 y 2001) y en el Certamen Internacional de Aranda de Duero (2005), obteniendo premio en todos ellos. En 2002 es galardonada con el V Premio ASCUA a la Defensa del Patrimonio y la Cultura. En 2006 ha logrado el primer premio en el III Certamen Nacional de Villa de Alginet (Valencia) y el segundo premio en el I Certamen Nacional de Magallón (Zaragoza). En 2007 el tercer premio en el Certamen Nacional de Campo de Criptana. El 6 de julio de 2007 ha participado por primera vez en la Primera Seccción del Certamen Internacional de Bandas de Música Ciudad de Valencia, consiguiendo el tercer premio.
De entre los siete trabajos discográficos de la Banda de Alba de Tormes destacan «Salamanca Taurina. Pasodobles a los toreros de Salamanca» (1998), «Alba en Concierto» (1999) y un doble CD grabado en directo en el Palau de la Música de Valencia (en preparación). En varias ocasiones se han emitido sus actuaciones en el programa «Plaza Mayor» de Radio Clásica. El 27 de junio de 2004 actuó de nuevo en el Palau de Valencia dentro del V Ciclo de Bandas de Radio Nacional de España (RNE), que incluía por primera vez bandas no valencianas. Una selección del concierto forma parte del doble CD «Plaza Mayor. Bandas de España» editado por el sello RTVE Música en 2005 y con difusión internacional.
La Banda de Música de Alba de Tormes tiene como director titular desde su fundación al músico valenciano Mario Vercher Grau.
Una Banda más que centenaria: del Maestro Santafé a D. Julián Rodríguez
Cuando Fernando Araújo publica en 1882 su “Guía histórico-descriptiva de Alba de Tormes”, no menciona en el capítulo XVII, dedicado a “Beneficencia, instrucción y recreo”, la existencia de una Banda de Música entre las instituciones culturales de la villa, que por aquel entonces se limitaban a las funciones del Teatro del Hospital y la organización de festejos taurinos. Es posible, sin embargo, que ya ese año existiese una agrupación musical, e incluso que fuera creada con motivo de los festejos religiosos y civiles del III Centenario de la Muerte de Santa Teresa. Cabe pensar en la creación de una banda que acompañase las solemnes procesiones y amenizase con diversos conciertos el ambiente festivo de aquellos días en que las calles de Alba eran un hervidero de peregrinos. La ocasión bien lo merecía.
Lo cierto es que en el periódico local “El TERESIANO”, fundado en 1887, aparece citado entre sus colaboradores y promotores un tal Santafé, profesor de música y “director de la banda municipal”, con lo cual, en todo caso, se demuestra su origen más que centenario. El maestro Santafé debió de ser una personalidad cultural de la villa que, además de tomar la batuta y colaborar con “EL TERESIANO”, organizaba veladas y bailes en el Teatro y dirigía un coro de jóvenes y una rondalla.
En otra de las publicaciones albenses de fin de siglo podemos leer:
“Desde el próximo domingo amenizará el paseo por la Plaza Mayor de 9 a 11 de la noche la Banda de Música que dirige el Señor Santafé”
(“LA CÁMARA AGRÍCOLA”, Nº 35, 2 de julio de 1891)
El programa que se interpretaba era variado, y así nos encontramos con que el 9 de agosto de ese mismo año el público pudo escuchar desde arias de Verdi a una jota de Cádiz, una Polka o un pasacalles. En el centro de la Plaza se colocaba un templete de madera a tal efecto, que en presupuesto de las fiestas patronales de 1891 contaba con una partida de 75 pesetas. La fachada del Ayuntamiento se adornaba con “vistosa y elegante iluminación” y, asimismo, el quiosco de música ostentaba otra “no menos profusa, a la veneciana”. Hace exactamente un siglo desde la fundación de la actual banda, en las fiestas de octubre de 1892, figuraba en el programa:
“Dianas por la Banda Municipal y concierto por la mañana de 12 a 2”
Pero no todo eran festejos ni acontecimientos alegres: pocos días después de la Octava de Santa Teresa del año 91, la Banda desfilaba una vez más por las calles de la villa. Esta vez no se acompañaba la imagen de la Santa, sino el féretro de D. Vicente Manterola, muerto en el convento de los Padres Carmelitas después de caer enfermo mientras predicaba desde el púlpito. En el entierro se interpretó una marcha fúnebre compuesta, al parecer, por el Sr. Santafé. El sucesor de este maestro fue D. Julián Rodríguez, del que se sabe poco más que compuso una “Plegaria a la Virgen”.
Cuando las palmeras no daban sombra: el Sr. Isidro y el piano-manubrio
A D. Julián siguió D. Isidro Pérez, “el Señor Isidro”, que aparte de músico fue sacristán y autor de una pieza titulada “Galloferos y Hampones”. Florentino Gutiérrez, en su artículo “Recuerdos de niño y otras cosas”, publicado en el anuario de la Escuela y Banda Municipal de Alba de Tormes (1992), al repasar los estatutos y contratos de las antiguas bandas afirma:
«El contrato más antiguo que conozco está firmado por Tomás Hernández García, alcalde, y Juan Almaraz Sánchez, Teodoro Ballesteros Llorente, Pedro Sánchez Fuentes, Isidro Pérez Domínguez y Antonio Blázquez Muñoz. Se firmó en 1907.”
En otro lugar consta que en 1925 se funda la Academia de Música, siendo alcalde D. Jesús Andrés Sinobas, maestro de Alba, que entre otras cosas hizo plantar las características palmeras de la Plaza Mayor. F. Gutiérrez cita también unos estatutos de 1928 de la “Compañía Filarmónica de Alba de Tormes”. Por esta época el director es el citado Isidro Pérez. Bajo su batuta los miembros de la Banda amenizaron los festejos albenses de los años treinta, como las veladas en la Plaza, en cuyos descansos eran sustituidos por un piano-manubrio mientras recuperaban fuerzas en algún bar cercano. Esta promoción tuvo que comprar la mayoría de los instrumentos, que en ese momento eran: caja, bombo, platillos, bajo, trombones, trompetas, saxofones, clarinetes, flautín y requinto. El 1 de enero de 1932, de nuevo volvieron a escucharse los sones de una marcha fúnebre para otro entierro histórico. Del salón de plenos del Ayuntamiento, donde había sido velado toda la noche, salía portado por estudiantes y obreros el ataúd con los restos del escritor albense José Sánchez Rojas.
En otro artículo publicado en el anuario de 1992, José Sánchez Rueda cita la mención que de la Banda del Sr. Isidro hizo Fray Manuel Pérez García-Cervino en el pregón de fiestas del 14 de Octubre de 1982:
«En la Plaza, la Banda dispuesta al ataque, bajo la batuta del Maestro Pérez (Sr. Isidro), Maestre (Eustaquio), bombardino; Matías Hernández, saxo alto; Germán Barrado, saxo tenor; hermanos Pérez, clarinetes y trompeta; Pedro, su padre, el bombo; Tomasín padre, cornetín y bajo; su hijo Chiquete, bombo y redoblante; Juan Santos, trombón; Tatín, fliscorno; Tadeo, bombo; Antonio Barba, trompeta; Pepe López, fliscorno; y Pedro Serrano, trombón”.
Por esta relación podemos conocer que la Banda estaba formada por un número muy reducido (poco más de una docena) y con predominio del metal.
Tiempo de Pasodoble: D. Miguel Gutiérrez
Tras el Sr. Isidro, toma la batuta D. Miguel Gutiérrez, padre de Florentino Gutiérrez, el actual párroco de Alba de Tormes, al que volvemos a citar:
«También es curioso el contrato que firma mi padre, Miguel Gutiérrez con el entonces alcalde, Antonio Rodríguez García, para formar la Academia Municipal de Música en febrero del año 47. A raíz de estas firmas todos los aspirantes a la Academia han de rellenar una petición, suficientemente acompañada de los timbres del Estado, justificando su deseo de entrar a formar parte del grupo de alumnos, cuyas plazas no podrán exceder de ocho entre chicos y chicas”
Florentino recuerda las clases de solfeo e, incluso, los ensayos de la Banda en una sala de su propia casa, en la calle de Manterola:
“El canario que colgaba en la galería se volvía loco cuando los músicos ya empezaban a afinar sus instrumentos”
D. Miguel, además de dirigir y enseñar solfeo, fue autor de los pasodobles “Tomasín” y “Curro Caro”, recuperados por la Banda actual. Curro Caro fue un torero que tomó la alternativa en 1934. Sánchez Rueda afirma que el primer club taurino de Curro Caro se fundó en Alba de Tormes en 1933 y estuvo en activo hasta 1950 aproximadamente. El pasodoble que D. Miguel le compuso puede escucharse en el C.D. “Salamanca Taurina”, grabado por la Banda actual en 1998. Para poder interpretar “Tomasín”, Mario Vercher realizó un arreglo a partir de lo que se conservaba de la partitura. Con este pasodoble la Banda de Alba de Tormes desfiló el 10 de Julio de 1994 por las calles de Valencia hasta el balcón del Ayuntamiento, donde fue interpretado ante la alcaldesa Rita Barberá y otras autoridades. Otras obras del maestro Gutiérrez fueron un “Himno a Santa Lucía”, “Feliz día… Teresa” y “Tabarjuan”, una “marcha militar un tanto jocosa dedicada a tres de sus alumnos: Tatín, Barba y Juan”.
Los músicos de esta etapa recuerdan cómo los conciertos en la Plaza comenzaban a celebrarse el 13 de Junio, feria de San Antonio, hasta el día de la Octava de Santa Teresa (22 de octubre). También tocaban en Semana Santa, San José y otras procesiones, y organizaban bailes en el Teatro y en el antiguo frontón de pelota para obtener dinero y poder celebrar a la patrona, Santa Cecilia. A fin de año se procedía al reparto de los beneficios que a alguno no le llegaban para pagar las penalizaciones, y es que existía un reglamento de régimen interno en el que se contemplaban multas por no asistir a los ensayos, llegar tarde a los conciertos, etc. Así recuerda José A. Pérez “Cervino” su paso por la Banda de D. Miguel:
«Recuerdo mucho aquellos ensayos en casa del director, en la calle Manterola. ¡Qué grandes ratos! Cuánto recuerdo al Sr. Matías que nos hacía las cuentas –como tesorero que era de la banda- con decimales; los hermanos Cotobal; los hermanos Pérez; el Sr. Antonio Rodil con el Bajo; los hermanos López Salinero (hijos de la Sra. Fecótida); el Guerrita; Perico el de la tartana con el Bombo; Paco Mosquete con la caja y el hijo del Sr. Antonio Rollán con los platillos (no sé si me dejo alguno). Tampoco olvidaré el día de la fiesta de Santa Cecilia. Por la mañana, la diana, que terminaba en casa de Fernando el de la Sra. Ploti a comer los churros con el aguardiente. Misa muy solemne en San Juan, acompañados al armonium por el director. (…) A la salida y después de tomar los chatos, a comer en casa del Sr. Berna (cerca del castillo). Por la tarde sacábamos las “gigantillas”, nos poníamos las cabezotas y pasábamos la tarde con la fiesta a nuestro aire. Ya anochecido teníamos baile en el Salón del Sr. Ezequiel para todo el público”
Hay que decir que la Banda de Alba fue durante varios años la encargada de amenizar las corridas de la Feria de Salamanca y estuvo presente en numerosos actos oficiales y festivos de toda la provincia, como procesiones y conciertos en Guijuelo, Béjar, Peñaranda y Piedrahíta (Ávila), y las inauguraciones del canal de riego de los huertos de la Dehesa, el Cuartel de la Guardia Civil de Alba, la primera Feria Monográfica de Salamanca, etc. Hace un par de años pudimos comprobar en Montemayor del Río cómo los más mayores recordaban perfectamente y hasta el más mínimo detalle el paso de la Banda de Alba de Tormes… ¡después de medio siglo!. Como dato curioso podemos recordar su participación en la película “El fotogénico”, con José Luis Ozores y Lolita Sevilla, en la escena del recibimiento en la estación que, por obra y arte del séptimo arte, no era la de Alba de Tormes, sino la de “Solera del Río”.
Tras la muerte de D. Miguel, los músicos continuaron actuando durante algún tiempo, principalmente en las corridas de Salamanca
Del Turia al Tormes: D. Mario Vercher, “el mestre”
Tras un lapsus de unos 25 años, en 1991 se funda la Escuela Municipal de Música de Alba de Tormes y, poco después, el 6 de Enero de 1992 se hace el acto de entrega de instrumentos musicales a los alumnos en el Ayuntamiento con la presencia del diputado de cultura D. Ángel Calvo, el alcalde de la villa D. José Yáñez y el joven director de la Escuela de Música, un valenciano afincado en Alba de Tormes y profesor de flauta travesera de la Banda Municipal de Salamanca, D. Mario Vercher Grau. Tras un intenso trabajo de alumnos y profesores, apenas tres meses después, el 18 de abril (Sábado Santo) la nueva Banda ofrece su primer concierto en la iglesia de San Juan, tras la procesión de la Soledad y una audición de alumnos. La actuación, anunciada como “Reencuentro con nuestra historia” se convierte en todo un acontecimiento, y la Banda es acogida con emoción por el público albense, entre el que se encuentran antiguos miembros de la Banda de D. Miguel Gutiérrez, su viuda Teresa Sánchez y su hijo.
La primera formación de la Banda incluyó 43 músicos, de los que algo más de la mitad continúa en la misma:
FLAUTAS: Maravillas Cañizal, Mª Carmen García, Elena Pérez, Beatriz Reyes, Rubén López, Aida Vercher, Sandra Martínez; OBOES: Visitación Vicente, Gertru Sansaloni; CLARINETES: José Javier Juanes, Fernando García, Francisco Merino, David Hernández, Julia Ramos, Adolfo González, Mª José Hernández, Matías Cañizal; SAXOS ALTOS: Gabriel de las Heras, Rosa Cojo, Antonia Juanes; SAXOS TENORES: José Ignacio Cotobal, Ángel Pérez Pinto, Andrés Aparicio; TROMPETAS: Rubén González, Leonor Armenteros, Juan Antonio Elices, Raúl Pérez, Manuel Reyes, Javier Hernández; TROMBONES: José Alberto Martín, Javier Corredera, José Mª de las Heras; TUBA: Jesús Mª García; TROMPAS: Francisco Javier Rodríguez, Jesús González; PERCUSIÓN: Raúl Madrid, David Bartolomé, Lucio Reyes, Víctor Vicente, Pablo Vicente, Mary Pérez, Lucas Muñoz, Jaime Polo.
Rápidamente se suceden las primeras actuaciones de la nueva agrupación: el primer encuentro de Escuelas de Música en Peñaranda (26 de Mayo); la novillada que inauguró el anillo de exhibiciones de la Feria Universal Ganadera de Salamanca, en la que la Banda estrenó sus uniformes (12 de Junio); las inauguraciones de la IX Feria de Muestras de Alba de Tormes y de la exposición de hallazgos arqueológicos del castillo (13 de Junio), el primer concierto en la Plaza Mayor (14 de Junio), la corrida de las Hermanitas de los Pobres en la plaza de toros de Salamanca (esa misma tarde); ¡cinco actuaciones en tres días! El resto del año la Banda actuó en varias ocasiones más en Alba: fiestas de la Transverberación (agosto), fiestas de Santa Teresa (octubre) y fiestas de Santa Cecilia (noviembre, con un programa cargado de actos entre conciertos, actividades deportivas, exposición de pintura, misa y comida de confraternidad). También se hicieron salidas a Peñaranda (22 y 23 de agosto), Navales (10 de septiembre), Salamanca (concierto en el teatro de la Caja el 27 de Noviembre) y la base aérea de Matacán (10 de diciembre)
Tendiendo lazos con la historia
La unión de la nueva Banda con el pasado tuvo un momento especialmente emocionante el 14 de noviembre de ese mismo año 1992, tal y como se recogió en el anuario:
“Con la misma música que acompañó a Santa Teresa a la Clausura conventual, la marcha fúnebre “El Cristo de la Lanzada”, la Banda Municipal acompañó por las calles de Alba el cuerpo sin vida de Dª Teresa Sánchez, “Tita”, viuda de D. Miguel Gutiérrez, el anterior director de música. Su propio hijo, D. Florentino Gutiérrez, párroco de la Villa, se dirigió emocionado durante la homilía a la Banda de Música -que interpretó también algunas piezas durante el funeral- con palabras de agradecimiento.
Especialmente emotivo para todos fue el momento en que el director, Mario Vercher , interpretó en solitario, con la flauta, el Ave María de Schubert.
Teresa Sánchez, “Tita” para todos, había vivido emocionada y con interés la recuperación de algo tan importante en su vida como la Banda de Música, que le proporcionó el placer de escuchar al cabo de muchos años, y pocos meses antes de morir, el pasodoble “Curro Caro” compuesto por su marido.”
Tras la muerte de su madre, Florentino Gutiérrez donó a la Banda el piano de D. Miguel, que permanece guardado junto con la ya numerosa colección de placas y premios de la Banda de Música a la espera de un local donde puedan ser expuestos.
Pero los lazos históricos de la actual Banda con la tradición de las agrupaciones anteriores están hoy personalizados en Jerónimo Cotobal, “Mito”, el mayor de los músicos que es también el único que ha formado parte de la Banda de D. Miguel y de la actual. Mito nació a muy pocos metros del quiosco de la Plaza Mayor en que el Sr. Isidro y sus músicos amenizaban el paseo de los albenses. Siendo niño escuchaba tocar el piano a su madre y el clarinete a su hermano Pedro “viruta”. Jerónimo tocó la caja antes de empezar con el saxo alto en la banda de D. Miguel Gutiérrez. Como él diría con su humor peculiar, “yo podría haber tocado otro instrumento, pero siempre que fuera de madera…, de madera de Robles”. Mito no entró en la Banda actual en 1992, sino un par de años después, animado por Mario para que se hiciera cargo del saxo barítono, y ahí sigue cargando con el “muerto” hasta en las procesiones de Zamora, arreglando atriles y los mil “chaperones” que Mario le encarga, siempre a la hora de la siesta. Muchas más cosas podría decir de él, pero se notaría demasiado que soy hijo suyo.
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