A raíz de ciertas diferencias con el tratamiento del servicio postal universal -a veces semanas sin recibir correo- estuvimos elaborando estadísticas con información que proporciona datos sobre la realidad del correo en mi zona y material para la empresa de investigación de mercados. España, a pesar de lo que quieren vendernos los prebostes postales del Parque de las Naciones, no suele salir bien parada en Bruselas. Pero con la que está cayendo en la economía, el servicio postal no creo que sea lo que más preocupe a “los mejores” que nos gobiernan ¿o era desgobiernan? ¡Cuánta estolidez llevamos cultivando desde el fenecido general!
Uno de esos males endémicos, es la falta de distribución del correo (de acuerdo con la ley actual, se debe repartir la correspondencia [al menos] cinco veces por semana) y la constante pérdida de envíos. Para los certificados dispones de un tiempo para reclamarlos pero ¡Ay!, generalmente, aplican un “silencio administrativo” que clama al cielo.
Por supuesto, los problemas están y nos pasan factura. Mientras tanto los prebostes seguirán haciendo creer que todo funciona a las mil maravillas. Entre 2009-2016, el año 2012 y 2015 fueron los que menos veces vino el cartero a casa. En el año que acaba de concluir, prácticamente dos meses sin reparto, si comparamos los datos de 2010 [el que más se repartió] y el 2015 [el que menos]. Veamos el tráfico postal del período citado [tengamos en cuenta que ahora los repartidores del correo van en moto, o sea: la velocidad, no quiere decir calidad]:
DIAS DE REPARTO REAL
MES —— | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | 12 | TOTAL |
DIAS REPARTO REAL 2009 | 17 | 18 | 19 | 21 | 16 | 16 | 9 | 2 | 16 | 17 | 15 | 13 | 179 |
DÍAS REPARTO REAL 2010 | 15 | 14 | 15 | 17 | 17 | 12 | 21 | 18 | 20 | 15 | 20 | 19 | 203 |
DÍAS REPARTO REAL 2011 | 20 | 11 | 17 | 11 | 18 | 16 | 12 | 16 | 11 | 9 | 11 | 14 | 166 |
DÍAS REPARTO REAL 2012 | 18 | 10 | 9 | 10 | 10 | 10 | 12 | 10 | 17 | 15 | 14 | 13 | 148 |
DIAS REPARTO REAL 2013 | 19 | 14 | 15 | 17 | 13 | 10 | 10 | 12 | 12 | 10 | 14 | 14 | 160 |
DIAS REPARTO REAL 2014 | 16 | 17 | 16 | 16 | 16 | 12 | 13 | 5 | 16 | 17 | 17 | 13 | 175 |
DIAS REPARTO REAL 2015 | 14 | 14 | 16 | 16 | 10 | 14 | 15 | 12 | 11 | 15 | 8 | 8 | 153 |
DIAS REPARTO REAL 2016 | 15 | 15 | 16 | 14 | 18 | 16 | 8 | 16 | 11 | 16 | 12 | 13 | 163 |
Durante el trimestre estival, la sequía se apodera del reparto, suponemos que el sol molesta. Este año el farolillo rojo se lo lleva el mes de julio. Si no reparten tal y como está el contrato-programa ¿por qué se subvenciona el correo con dinero público? Nadie puede retener, interceptar o destruir nada que se haya confiado al correo si no consta una orden judicial al respecto. ¡Aquí hacemos lo que nos da la gana y conculcamos los principios constitucionales porque nos rota!, repartimos cuando queremos y si no le gusta: no escriba! Curiosamente Tarragona ya tenía ese problema en el siglo XIX según descubrí consultando materiales históricos y aparecidos entonces en la prensa provincial.
TIPOLOGÍA | 2009 | 2010 | 2011 | 2012 | 2013 | 2014 | 2015 | 2016 |
Correspondencia recibida | 1386 | 1515 | 1033 | 1006 | 1003 | 1125 | 1247 | 962 |
Correspondencia recibida franqueada con sellos | 233 | 238 | 270 | 179 | 189 | 266 | 283 | 398 |
Correspondencia certificada recibida | 98 | 62 | 47 | 36 | 36 | 37 | 41 | 28 |
Correspondencia certificada enviada | 223 | 17 | 10 | 3 | 5 | 3 | 1 | – |
Días que se realizó reparto domiciliario | 190 | 203 | 166 | 151 | 160 | 175 | 153 | 163 |
Días no laborables (sábados, domingos y fiestas) | 120 | 120 | 120 | 120 | 120 | 120 | 120 | 120 |
Días reales que debería haberse repartido el correo | 245 | 245 | 245 | 246 | 245 | 245 | 245 | 245 |
Días sin reparto a pesar de lo que dice la ley postal | 55 | 42 | 79 | 95 | 85 | 70 | 92 | 82 |
Números de carácter frío, el promedio diario de correspondencia recibida era de algo más de seis piezas [este año ha bajado considerablemente, las comunicaciones electrónicas cada vez hacen más estragos en las relaciones], difícilmente podemos considerar que haya tres meses o lo que es igual: el correo se ha repartido tres-cuatro veces por semana [las julianas acumuladas demuestran esa terrible realidad en el volumen de envíos del buzón cuando no se realiza el reparto diario], evidencia se ha producido retención arbitraria, sin que medie, aparentemente, motivo para ello ¿habrá algún cuco tras la maroma?, si lo hay ¿qué busca? Obsérvese que con más del 10% de mis certificados “volatizados” en 2009, ese tipo de envíos deja de realizarse a través del CORREO ESPAÑOL. Es evidente que el reparto domiciliario se ha reducido, dramáticamente, en 2015 [en 2016 hemos ganado 10 días, algo es algo]. En definitiva, cada vez estamos peor y esto parece no tener fin a pesar de los insumos que se le inyectan a un servicio cada vez más ineficaz.
La correspondencia con sellos es la mitad de los envíos o el 41% (estamos hablando de un aficionado a la filatelia, por lo tanto, que no se conforma con el clásico cuño de “franqueo pagado en oficina”, que franquea y recibe su correspondencia con sellos; de ese porcentaje más del 10% de los envíos son cartas franqueadas filatélicamente para obtener marcofilia conmemorativa que este año aumentó por numerosos matasellos de Italia y Australia relacionados con mis campos de interés). Seguimos empeñados en poseer marcofília circulada, pero debemos recordar que en 2012, sospechosamente, no retornaron unas 50 peticiones -que representan 150 sobres filatélicamente franqueados y con marcofilia especial- realizadas a servicios filatélicos de nuestros vecinos galos, italianos y australianos [allí tienen un excelente servicio de matasellos permanentes]. ¿Qué pasó? No deja de ser raro que no retornen, sobre todo si tenemos en cuenta que no son peticiones en bloque sino que se realizan a lo largo del año. ¿Veremos esas piezas en los mercadillos callejeros como ya ocurrió otras veces sin que hubieran estado en mis manos?
Dos de cada diez envíos recibidos estarían circulando sin sellos, año tras año nuestro correo aumenta el número de sellos y el valor facial sin que éstos estén a la venta o sea muy restrictiva y cuando lo pide expresamente el usuario. Por mucho que ahora financien muestras filatélicas, resulta que no tenemos coleccionistas: lo mismito que pasó en los Estados Unidos, destinan millones de dólares para tratar de fomentar el coleccionismo entre los escolares, si las cartas viajan sin sellos, ya me dirán cómo fomentamos esa afición. Los futuros coleccionistas se forman precisamente en la edad escolar cuando el niño tiene esa pasión innata por guardar “cromos” y los sellos, en ese momento, lo son. Necesita verlos en las cartas que llegan a casa, que le despertarán esa pasión por el papel dentado.
Un porcentaje significativo (25%) de los envíos llega sin marca postal (ni matasellos ni indexado) con lo que nunca se sabe qué vía siguió hasta llegar a destino. En muchos casos la juliana del centro de tratamiento de Madrid difiere –a veces más de cinco días- respecto a la entrega al destinatario, teóricamente ha de realizarse en 24 horas. Sin marcas del paso por Correos, supongo [deben pensar los prebostes postales] “salvan la cara” y repartimos cuando nos parece bien.
Algunas misivas llegan muy retrasadas de acuerdo a lo teóricamente deseable desde que se cancelan. ¿Dónde está el “cuco” que provoca el “desajuste”? ¿Por qué cuando hay incidencias no se le aplican a los pliegos correspondientes el cuño que certifica tal acontecimiento? ¿Por qué la correspondencia filatélica tiene que padecer la pandemia de unos empleados indeseables? ¡Fácil: los sellos exóticos llaman la atención y de ahí a su pérdida! ¿No es robo y falta de celo en la prestación del servicio?
Como mucho, los puristas dirán que es un hurto y, como tal, indemostrable y así nos va en este país de pandereta donde tratar de defender tus derechos es un acto quijotesco y los cargos que están para proteger al ciudadano, en este caso, previo pago del servicio, en realidad son una simple pantomima porque, si pueden, te machacan por “impertinente”. Pero no nos quejemos que ahora “somos europeos y ciudadanos con obligaciones, como es el causo de la deuda soberana que nos pasan a estricto escote”.
En definitiva el mismo correo nos está diciendo que no tenemos derecho a emplear [nuestro tiempo en lo que nos cultiva y nos forma]. El exotismo llama la atención y, si llamamos la atención, estamos provocando al “granuja” de turno que aprovechará el momento. Ergo: nosotros somos los culpables y no CORREOS, como el responsable de atención al cliente quiso hacer creer al usuario, al Defensor del Pueblo y al mismísimo Ministerio de Fomento. También este año hemos cancelado el envío de correspondencia certificada desde España y que fui despachando en mis viajes por el Mediterráneo a lo largo del año aunque, eso sí, las tarifas cada vez son más uniformes a nivel continental lo que nos indica la “gran competencia” que tenemos entre los servicios postales. Vaya que desmontar los monopolios no ha significado ni mayor rapidez, ni mayor economía ni por supuesto tarifas más asequibles: en los tres casos el ciudadano de a pie ha visto cómo ha perdido eficacia, calidad en la prestación del servicio y tarifas que te hacen sonrojar. Una vez más nos han dado con el célebre cuento del campesino que vendió su burro para comprar la paja; pero no importa los trileros que rigen los destinos de este país siguen tan obcecados como los cupaires / podemitas o mareas [¡Qué más da!] que piensan que las leyes están hechas para los demás y ellos erre que erre desafiando no sólo al estamento jurídico que, teóricamente, garantiza la hipotética igualdad ante la ley [los políticos, al menos de la zona en donde vivo, eso no va con ellos] y me recuerda cuando estaba activo profesionalmente y una colega incluyó en la norma de funcionamiento [pomposamente denominado Reglamento Interno] un acotado que, cuando llegó el momento de ponerlo en práctica, ella se negaba a aceptar la cruda realidad y quería no sólo saltarse “su norma”, sino que otro cargara con su “pifia” y se tragara el sapo: acabó pidiendo traslado ante el enrarecimiento que su estulticia provocó en el grupo [aunque el asunto siguió coleando según las voces que me llegaron].
Los casos más sobresalientes del año fueron una carta depositada en marzo en La Habana (casi once meses en llegar a mis manos) y otra en Maribor (Eslovenia) que está ahí mismo, nada menos que 50 días para hacer ese viaje: retrocedimos a la época de la diligencia y nos quedamos cortos, pues cuando vemos piezas de historia postal, para esa ruta, apenas si empleaban 10 días
Ahora, al parecer, mucha correspondencia ni llega a devolverse a pesar de que el remitente lo solicite en la cubierta de sus envíos ¿por qué esa desidia? ¡Ah!, hay que rentabilizar al máximo y esa es una actividad que no genera ningún plus al organismo. Lamentablemente, tenemos unas tarifas estratosféricas y el servicio no funciona mejor. Hay algo que evidentemente no cuadra con los cánones de la honestidad ¿qué es eso?
JUAN FRANCO CRESPO
lacandon999@yahoo.es
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