Queremos, en este primer número, iniciar un acercamiento a las literaturas hispanas tras la llegada de Colón a tierras americanas. En principio, rememorando los antecedentes históricos, para en próximos números centrarnos ya en sus características y evolución.
Hemos de decir, que La literatura de los países hispanoamericanos en lengua castellana comienza a desarrollarse en los primeros años de la conquista y colonización española; después se continuaría durante todo el periodo virreinal, siguiendo en líneas generales la orientación que tenía la literatura en España. A comienzos del siglo XIX, con la independencia, se inicia también la evolución de las literaturas nacionales americanas, que han conocido un enorme éxito en todo el mundo en la segunda mitad del siglo XX, sobre todo en lo que se refiere al campo de la narrativa.
Preparativos del viaje de Colón, en un mural del monasterio de la Rábida, obra de Daniel Vázquez Díaz
La llegada de los españoles a tierras americanas se produjo a finales del siglo XV. Con este hecho comenzó la instalación de los europeos en aquel continente, que continuaría en los siglos siguientes. Los países del imperio español no accedieron a la independencia política hasta comienzos del siglo XIX, y ello supuso también un comienzo tardía en el desarrollo de las literaturas propias, ya con una menor dependencia de la española. Otras influencias e intereses vinieron a sumarse a los metropolitanos que habían predominado durante la época virreinal, periodo éste que duró tres siglos.
En los siglos XVI, XVII y XVIII, la literatura hispanoamericana siguió las orientaciones estéticas que se dieron en España. Así, los movimientos del Renacimiento, Barroco y Neoclasicismo, contaron con algunos grandes escritores de las colonias, como fueron por ejemplo Sor Juana Inés de la Cruz, o Juan Ruiz de Alarcón.
Ya como estados independientes, a partir de 1825, los nuevos países hispanoamericanos (exceptuando Cuba y Puerto Rico), inician también una independencia de sus literaturas, apartándose –aunque no totalmente– de la influencia española, buscando otros influjos europeos, y recreándose o regresando al propio pasado y a su propia realidad. A este proceso ayudó en gran medida el Romanticismo, y a finales del siglo XIX se produce el primer gran movimiento literario americano, el Modernismo, que daría igualmente grandes autores a la literatura mundial; entre todos ellos destaca sin duda la personalidad de Rubén Darío.
Ya en el pasado siglo XX, la literatura hispanoamericana aportó un importante grupo de autores, incorporándose plenamente a las orientaciones estéticas universales. Entre los autores más afamados cabe destacar a poetas como César Vallejo, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Jorge Luís Borges u Octavio Paz; y narradores como Borges, Miguel Ángel Asturias, Julio Cortázar o Gabriel García Márquez, entre otros muchos personajes relevantes, que en las últimas décadas protagonizaron lo que se llamó el «boom» de la nueva novela hispanoamericana.
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