Hoy quiero traeros un plato original de la cocina castellana, pero extendida a toda España, muy simple de elaborar y sumamente versátil, ya que combina con numerosos platos, de arroz, huevos, carnes, etc. En principio el pisto no es más que una fritada de verduras de temporada con salsa de tomate natural, y aunque por su consistencia y variedad de ingredientes podría servir de plato único, lo habitual es utilizarlo como acompañamiento de otro, que bien podría ser semi-vegetariano, por ejemplo para acompañar huevos al plato, pastas o directamente para carnes en diferentes formas de preparación. Yo voy a elaborar mi propia receta, como siempre «a mi aire», y en este caso añadiré a los ingredientes una verdura poco común en España, el chayote o papa del aire, que cultivo desde hace años.
Para los que deseen más información sobre el chayote o papa del aire, aquí les dejo un enlace a otro de mis artículos donde hablo de ese fruto: https://www.natureduca.com/blog/la-chayotera-otra-planta-digna-de-reservarle-un-espacio-en-la-huerta/
¿Qué hortalizas se pueden utilizar en el pisto?
Como ya dije, el pisto es una fritada de hortalizas habitualmente frescas, por eso podemos utilizar una amplia variedad de ellas, las que se nos ocurran o tengamos a mano. Sin embargo, hay cuatro o cinco verduras típicas del pisto y que no deberían faltar, como son el pimiento (rojo o verde, o ambos), el calabacín (para los que me leen en América les diré que es lo que conocen como zapallito), la berenjena, el tomate, la cebolla y el ajo. La berenjena, aunque es una verdura que se usa como base en el pisto, no es de mi predilección, así que la obviaré en mi receta.
La cervecita y el queso son ingredientes fundamentales para mantener contento al cocinero, para alejar el riesgo de que se malogre el plato.
Cuando fui a la compra observé que los champiñones estaban a muy buen precio, y aunque no es habitual usar hongos en los pistos, me pareció un buen toque personal, así que compré medio kilo, pues como dije mi receta de hoy es un plato «a mi aire». En cuanto al tomate, ahorraré tiempo utilizando tomate natural ya triturado y envasado.
Ingredientes (para unas 4 personas)
- 1 pimiento rojo
- 1 pimiento verde
- 1 calabacín (zapallito) tierno
- 1/2 kg. de champiñones
- 1 chayote o papa del aire
- 1/2 cebolla
- Ajo a discreción (yo utilicé un solo diente)
- 1 bote de tomate natural triturado (sobrará).
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta negra (opcional)
Para el cocinero
- 1 cervecita
- 1 trozo de queso mezcla semicurado
Estos dos ingredientes son fundamentales para mantener al cocinero contento y que no se malogre el plato.
Elaboración
Corto el pimiento en tiras y después lo troceo en cuadrados como de 1 cm aproximadamente. Pelo el calabacín y el chayote y realizo la misma operación. La cebolla la corto en juliana y el ajo lo pico finamente. Lavo los champiñones cuidadosamente para eliminar toda la tierra o arena que contengan, desecho la punta del pedúnculo y los parto a la mitad, seguidamente los corto en finas medias lunas.
Todos los ingredientes lavados, cortados y listos para su elaboración.
En una sartén pongo un buen chorro de aceite de oliva y añado primero el pimiento, la cebolla y el ajo. Sazono con sal (y pimienta quien lo desee) y dejo que sofría unos minutos. Cuando la cebolla está transparente añado el resto de ingredientes.
Antes de añadir el resto de verduras, dejo sofreír unos minutos el pimiento, la cebolla y el ajo.
Las verduras soltarán agua durante la cocción, pero cuando veo que la chayota ya está blanda añado medio bote de tomate natural triturado, remuevo bien y dejo cocer un poco más. Si se evapora el agua en exceso y queda la sartén muy seca, añado medio vasito de agua; cuando veo que tiene el punto de jugosidad adecuado rectifico de sal si fuera necesario y apago el fuego.
Un plato semivegetariano acompañado de pisto.
El pisto está listo, ya sólo queda que acompañe el plato que hayamos elegido. En este caso me decidí por un plato semivegetariano, de huevo frito y unos vasitos de arroz blanco, con un toque de tomate frito.
¡Sencillo!, sin demasiadas florituras.
¡Buen provecho!