La verdad, para que mi anís verde esté completo le falta su «media naranja», la endrina. Ambos sirven para elaborar uno de los licores más afamados de España, el Pacharán. Esta bebida espirituosa ya se conocía y elaboraba en Navarra en la Edad Media. Así, consta que fue servido en la boda de Godofre de Navarra (hijo natural de Carlos III), y que también lo tomaba la reina Blanca I por sus propiedades medicinales. Las materias primas del Pacharán son sólo tres: arguardiente, anís (Pimpinella anisum) y endrinas, o fruto del endrino (Prunus spinosa).
Pero, el anís en sí mismo también tiene su historia particular, y me gustaría hacerle unas reseñas
Ya en la antigüedad se hablaba de las propiedades del anís, así figura en el célebre papiro de Eber, que data del año 1550 antes de Cristo. Según Plinio, el anís formaba parte de milagrosos remedios contra numerosas enfermedades e intoxicaciones. El médico romano Dioscórides también describió el anís en su tratado «Materia médica», atribuyéndole grandes propiedades medicinales.
El anís también entró en la cocina. Griegos, romanos y egipcios lo usaban para darle sabor a las comidas a base de aves, cerdo y verduras, y también pequeños dulces que contenían especias con fines digestivos. En la Inglaterra del siglo XIV se utilizaba el anís en la preparación de pan, tortas y golosinas. En España, en la Edad Media, se utilizaba como condimento, y más tarde para la elaboración de bebidas espirituosas.
En lengua romance llamaban al anís planta «torna-maritos», porque decían que devolvía los maridos a las esposas abandonadas. El término «pimpinella», con que es identificado científicamente el anís, proviene del latín y apareció por primera vez en el siglo VII de la mano del médico italiano Benedictus Crispus.
En España, el anís fue introducido por los árabes, que lo importaron de Oriente. A Europa Central parece que llegó en tiempos del emperador Carlo Magno, a través de los monjes Benedictinos. Se sabe que el emperador, hacia el año 812, mandó cultivar la planta de anís en sus dominios.
Hoy en día se han demostrado propiedades medicinales del anís. La Agencia Europea del Medicamento autoriza su aceite esencial por vía oral, en trastornos digestivos, distensiones abdominales y como un eficaz carminativo. El aceite esencial también sirve para elaborar expectorantes contra la tos asociada a resfriados, así como preparados que deben inhalarse. En licor, el anís es muy recurrente como bebida aperitiva.