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Antártida
CIENCIAS - INVESTIGACIÓN
La investigación post-AGI - 1ª parte
on objeto de continuar el esfuerzo científico internacional desplegado con motivo del Año Geofísico Internacional (AGI), el ICSU (Consejo Internacional de Uniones Científicas) organizó en septiembre de 1957 el Comité Especial de Investigación Antártica (SCAR) (en 1961 la palabra "científico" fue sustituida por "Especial"), en 1958 se realizó la asamblea constituyente. SCAR era una institución apolítica, coordinadora de políticas científicas no sólo antárticas, sino también a escala planetaria, tales como los de magnetismo terrestre, manto de la atmósfera superior, programas biológicos globales, etc. Los Estados miembros enviaban a sus representantes a reuniones periódicas de trabajo en grupo, para las más variadas disciplinas científicas.
En los simposium internacionales que organizaba el SCAR se efectuaban intercambio de resultados de las últimas investigaciones realizadas. El gran éxito de la aventura política del Tratado Antártico, dependió en cierta manera del asesoramiento del SCAR, y del apoyo de los equipos científicos en el campo y laboratorio.
Los conocimientos científicos en la Antártida han crecido firmemente. Muchos problemas importantes relacionados con La Tierra en su conjunto, se resuelven bien en la región polar, tal como el estudio estratosférico cuyo resultados dieron a conocer el vaciamiento progresivo de la capa de ozono (véanse los artículos referidos a la capa de ozono en el apartado Ecología).
A principios del siglo XX aún no podía suponerse el alcance de la moderna investigación polar, en ese tiempo nadie podía prever el advenimiento del avión a reactor, la turbina impulsora para helicópteros, los aviones dotados para aterrizar en plataformas heladas, máquinas grabadoras de impulsos por isótopos radiactivos, o los satélites meteorológicos de órbita polar, por citar solo algunos ingenios.
Moderna estación de comunicaciones en la Base Antártica de McMurdo
(Foto NASA)
El conocimiento polar ganó en las décadas posteriores al Año Geofísico Internacional, gracias a los notables adelantos en la moderna ciencia aplicada a la Antártida; las técnicas oceanográficas, la adquisición de datos remotos y sistemas telemétricos en estaciones meteorológicas distantes, la vigilancia vía satélite, o la cartografía de la hoja de hielo que cubre el lecho de roca antártica mediante aviones con equipos de radio-eco, son ahora una tarea cómoda y precisa. Anteriormente, estos estudios precisaban laboriosos desplazamientos con vehículos a través de las plataformas de hielo, portando equipo de medida por reflexión sísmica.