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Acuicultura
INTRODUCCIÓN
Generalidades
Fuente de esta sección: La Cartilla del Marcultor, de Vera Kirchner (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España)
l mar es una fuente de alimentación donde los animales que se capturan no han sido domesticados, sino que se encuentran en estado salvaje. Así como los primeros humanos fueron aprendiendo desde el Neolítico las actividades relacionadas con la agricultura y la ganadería, el cultivo del agua a gran escala es sin embargo de origen reciente. En la antigüedad se ejercían no obstante pequeños cultivos en aguas dulces y marinas, como los romanos y galos que cultivaban ostras; o los chinos que ya conocían como mantener producciones de carpas en cautividad.
Actualmente la acuicultura supone una revolución. El fuerte impulso que ha experimentado hace prever que en un futuro podría sustituir a la pesca, así como la ganadería reemplazó a la caza.
Una característica que dota a la acuicultura de grandes posibilidades de explotación, es la superficie de cultivo que se podría disponer para esa actividad. Existen cientos de millones de hectáreas de aguas aptas para la acuicultura, de las cuales utilizando sólo un 10% ya rendiría el doble de las capturas que se realizan actualmente.
Existen varias formas de explotación de esta actividad dependiendo de las alteraciones que se realizan en el medio, o el control que se establece sobre él. El más simple de todas ellas es el cultivo extensivo, realizado en aguas naturales en las cuales no se alteran en absoluto sus condiciones ambientales. Este hecho significa que no se precisa efectuar grandes inversiones, pero el rendimiento también es reducido. Las actividades extensivas más comunes se encuentran en Francia y España (cultivo del mejillón en las rías gallegas).
Otras formas de explotación más elaboradas son los cultivos semiintensivos. Estas actividades se realizan también en aguas naturales, pero en este caso se impide la huida de los animales cerrando sus salidas. Un ejemplo es la "vallicultura" que se ejerce en Italia con determinados peces, o en Filipinas con gambas, actuando sobre ciclos de migración de estas especies, encerrándolos cuando se produce su concentración en la época de reproducción.
El más industrializado de todos los cultivos marinos es el intensivo. Es además el que permite el mayor rendimiento, aunque implica también grandes inversiones. Los animales se concentran en lugares cerrados donde pueden ser controlados todos los parámetros ambientales, tales como el nivel de salinidad, oxígeno, temperatura, etc. Dependiendo del origen de las larvas y alevines, se distinguen cultivos en circuito abierto y cerrado. Los cultivos de circuito abierto no engloban la reproducción, ya que las crías son obtenidas directamente en la naturaleza o capturando a hembras ya fecundadas; esta forma de cultivo es muy común en Japón con anguilas y algunas especies de camarones.
Por su parte, el circuito cerrado precisa que todo el ciclo vital se realice en cautividad, ello evita la necesidad de aprovisionamiento externo para mantener la producción; no obstante las condiciones ambientales para la reproducción son muy estrictas y delicadas. Este último sistema parece ser el que imperará por su menor costo.