Acuicultura
CULTIVOS - MOLUSCOS
Introducción
os moluscos son invertebrados de cuerpo blando, protegidos por una o dos conchas. Sus clases son: cefalópodos, gasterópodos y bivalvos. Las especies más conocidas entre los cefalópodos son el pulpo, calamar, volador, pota y jibia. Aunque se han efectuado pruebas de cultivo de jibia, partiendo de huevos que se encuentran fácilmente, adheridos a las algas, no se conocen producciones a nivel industrial. Su mayor dificultad parece encontrarse en el canibalismo.
Los gasterópodos son los caracoles y las lapas de mar que, salvo las cañaíllas y los bígaros, tienen poco interés comercial y no se cultivan. Sí se experimenta el cultivo de la oreja de mar (aleotis). Por el contrario los bivalvos (lamelibranquios), ocupan el lugar más destacado de los cultivos marinos, por lo que les prestaremos especial atención.
Las dos conchas (valvas) que cubren el cuerpo de los bivalvos, pueden abrirse y cerrarse por medio de una articulación, que se llama charnela, gracias a la acción de uno o dos potentes músculos denominados aductores. En las vieiras es especialmente llamativo su músculo aductor por su color blanco y su gran tamaño, que representa la mayor parte de la vianda. El espacio que queda libre en el interior de las valvas se llama cavidad paleal y el agua que queda retenida, cuando se cierran las valvas, se designa como líquido intervalvar. Estos moluscos se alimentan de partículas orgánicas muy pequeñas que se encuentran en suspensión en el agua, entre las que destaca el plancton. A tal fin abren sus valvas, llenándose su cavidad paleal con el agua del mar que las rodea. Esta agua es bombeada a través de unas branquias que actúan como filtro para rechazar las materias que no son aptas para su ingestión, que al ser eyectadas se denominan seudoheces. La materia útil, con el agua, realiza su recorrido por el aparato digestivo, terminando en el intestino recto por donde se eliminan las heces.
Algunos moluscos, como las almejas y las navajas, por vivir enterrados en el fondo, utilizan una especie de apéndices extensibles que se llaman sifones, a través de los cuales llevan el agua hasta la cavidad paleal. De los moluscos bivalvos, en lugar de decir que comen o consumen, decimos que bombean o filtran. Así, por ejemplo, un mejillón viene a filtrar unos 5 litros por hora. Los bivalvos pueden ser de sexos distintos (machos o hembras), o hermafroditas (ambos sexos simultáneos). Sus órganos reproductores son las gónadas que emiten gametos masculinos (espermatozoides) o gametos femeninos (óvulos). La fecundación de los gametos, por la unión de los de sexo contrario, se puede realizar en el agua o en la cavidad paleal de las hembras. En este último caso la hembra expulsará larvas. La expulsión de gametos o larvas se designa como puesta o desove y se provoca principalmente por variaciones térmicas del agua, cuando el animal está maduro (madurez sexual). Normalmente suele haber una puesta intensa antes del verano y otra menor en otoño.
El crecimiento de los bivalvos no es continuo. En verano filtran mucho y crecen mucho; en invierno filtran poco y casi no crecen. Esto da lugar a la formación de unas estrías sobre sus conchas que se llaman anillos de crecimiento; sin embargo, como hay distintos factores determinantes del crecimiento, las estrías no sirven para determinar la edad (como se puede hacer en los árboles), sino únicamente para apreciar la velocidad del crecimiento por la separación entre líneas.
Hay bivalvos que viven fijos a un sustrato (una roca) que denominamos sésiles, como la ostra y el mejillón. Otros como las almejas se llaman excavadores porque gracias aun apéndice (el pie) pueden hundirse en la arena. También existen los perforadores, como el dátil de mar, que emite una sustancia corrosiva con la que perfora las rocas para alojarse en ellas y por último tenemos los nadadores, como la vieira, que -cerrando rápidamente sus valvas- produce una corriente de expulsión de agua, que la hace avanzar "a reacción".
Como en todos los animales acuáticos, la temperatura del agua tiene gran influencia sobre los moluscos. A menos de 5° C. es difícil su supervivencia. Entre 5 y 8° C. bombean muy poca agua, por lo que se mantienen en una especie de hibernación; a partir de los 8°, aumenta progresivamente la actividad de sus branquias y con ellas el bombeo, con lo que comen más y crecen más, hasta cerca de los 30° C. en que llega al máximo. A mayor temperatura mueren. (Las cifras expuestas sólo tienen carácter indicativo y varían según las especies). Sin embargo, no siempre resulta beneficioso el aumento de temperatura, pues el consiguiente incremento de actividad del animal representa un gasto de energía superior, que ha de ser restituida con una alimentación más copiosa y si ésta no está disponible, el molusco no puede reponer fuerzas, se debilita (al no cesar el estímulo térmico que excita su actividad) y puede morir. Es decir, que un lugar puede satisfacer las necesidades alimenticias de un molusco, pero si sube la temperatura es posible que en el mismo sitio, el mismo molusco se muera por desnutrición.
Como los moluscos respiran a través de sus células, expulsando anhídrido carbónico y absorbiendo oxígeno, si no hubiese suficiente disponibilidad de este gas en suspensión, también podría resultar contraproducente el aumento de temperatura, por corresponderle siempre una disminución de oxígeno, lo que surgirá precisamente cuando más necesidad tiene el molusco de él, por su mayor actividad branquial.
El oxígeno disuelto en el agua se produce de forma natural por el movimiento del agua (olas, remolinos, cascadas) y por la fotosíntesis. La salinidad del agua tiene importancia vital en los moluscos. Por efecto de ósmosis, cuando aumenta la salinidad del medio exterior pierden las células de los moluscos parte de su líquido celular y por el contrario el agua de baja salinidad se introduce en las células. Ambos casos, a partir de ciertos límites, son mortales. El valor medio de salinidad del mar es de unos 35 por 1.000 (1 kg. de agua contiene 35 gr. de sal).
En el índice oficial de animales marinos de interés pesquero, editado por la Dirección General de Pesca Marítima de España se relacionan los siguientes bivalvos: mejillón, ostra, ostión, almeja fina, almeja babosa, vieira, volandeira o anduriña, zamburiña, berberecho, almeja margarita, chirla, escupiña, coquina, navaja y dátil de mar. El cultivo de casi todas estas especies está resuelto a nivel de laboratorio, pero por razones económicas sólo se cultivan las seis primeras.
Al desarrollar el cultivo de los moluscos hay que tener muy en cuenta sus enemigos, entre los que destacan como depredadores el cangrejo, la estrella de mar y el caracol perforador, además de varios peces como la dorada. También padecen la presencia de ciertos parásitos, como un pequeño cangrejo que habita en su cavidad paleal y destruye las branquias.
A los moluscos les corresponde la cadena trófica más corta y por tanto más productiva del mar y, puesto que su alimentación es gratuita (plancton y materia en suspensión), resulta muy elevado el rendimiento de su cultivo.