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Introducción

os ordenadores tienen una corta pero dilatada historia. Hace pocas décadas de la aparición del primer ordenador personal y algunas más del ENIAC, el primer calculador electrónico que realmente funcionaba, con un vertiginoso recorrido que alcanzó metas insospechadas, como el ERP en la nube que permite gestionar recursos empresariales a través de Internet.

Pero hace unos 5.000 años los seres humanos ya realizaban operaciones numéricas ayudándose del ábaco, la primera máquina que servía para ejecutar trabajos intelectuales y no físicos.

Los ordenadores han experimentado un desarrollo meteórico, desde que se construyera el ENIAC (Electronic Numerical Integrator Analyzer and Computer), el primer calculador electrónico que realmente funcionó; ocupaba una planta completa de la escuela Moore de Electrónica de la Universidad de Pennsylvania, en EE.UU., pesaba más de 3 toneladas, su consumo era de 150 kilovatios (se dice que cuando se conectaba, se notaba en las luces de toda la parte oeste de Filadelfia) y en su construcción se utilizaron unos 18.000 tubos de vacío.

Con sus prestaciones más bien limitadas, su diseño, construcción y puesta en funcionamiento, el ENIAC supuso un hito en la historia de la informática.

Poco después de mediados del siglo XX había en los EE.UU. unos 250 ordenadores, hoy son millones y su número crece cada día a la vez que, simultáneamente, ha ido disminuyendo su tamaño y su precio.

A finales de 1982, Toong y Gupta en un artículo publicado en la revista Scientific American (traducido al castellano en Investigación y Ciencia, en febrero de 1983) describían la reducción del precio de los ordenadores con la siguiente comparación:

«Si a lo largo de los últimos 25 años la industria aeronáutica hubiese experimentado la espectacular evolución que ha vivido la industria informática, un Boeing 767 costaría hoy unos 350 euros y circunvalaría el globo terráqueo en 20 minutos consumiendo unos 20 litros de combustible»y añadían que el precio de los dispositivos lógicos para los ordenadores estaba disminuyendo a razón de un 25 % anual, el de los dispositivos de memoria a razón de un 40 %, mientras que la velocidad de proceso se había multiplicado por 200 en 25 años, y que el tamaño de los ordenadores había disminuido 10.000 veces.

Pero como todas las innovaciones humanas, los ordenadores no han surgido de la nada, sino que disponen de unos antecedentes, una prehistoria, que conviene conocer en sus grandes hitos para poder comprender su desarrollo espectacular.

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