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Salud
NEUROCIENCIAS: LA CIENCIA DEL CEREBRO
Dislexia - 1ª parte
Fuente: Asociación Británica de Neurociencias
Introducción
¿Os acordáis de lo difícil que fue aprender a leer?
diferencia del habla, cuyos origines evolutivos son bastante antiguos, la lectura y la escritura son descubrimientos humanos bastante recientes. Probablemente, sólo haga más o menos mil años que las diferentes comunidades establecidas de forma dispersa alrededor del mundo se percibieron que las miles de palabras habladas se componen de un número reducido de sonidos independientes (en inglés son 44 fonemas) y que éstos se pueden, incluso, representar con un número menor de símbolos visuales.
El aprendizaje de estos símbolos lleva mucho tiempo y algunos niños tienen serias dificultades para aprenderlos. Esto no es debido a que no sean inteligentes sino, simplemente al hecho de que sus cerebros tienen dificultades en adquirir los requisitos necesarios para la lectura. Normalmente, 1 de cada 10 de nosotros ha sufrido esta condición que actualmente se conoce con su nombre neurológico, dislexia.
La Dislexia es muy común. Los niños que la padecen no son capaces de entender porque encuentran tan difícil la lectura cuando otros de sus amigos con la misma inteligencia la encuentran tan fácil, la dislexia les hace sentirse realmente mal. Muchos niños pierden la confianza y les hace caer en una espiral negativa que lleva a la frustración, rebelión, agresión e incluso a la delincuencia.
No obstante, una enorme cantidad de disléxicos desarrollan grandes habilidades en otras actividades, como el deporte, la ciencia, la informática, el comercio y el arte, siempre y cuando sus problemas con la lectura no les hayan afectado a su motivación y a su auto-estima. Por todo ello, la comprensión de las bases biológicas de la dislexia no es sólo importante por la enfermedad sino también para evitar todos los sentimientos y reacciones negativas. El comprender mejor el proceso de la lectura nos puede conducir a superar o tratar el problema.
Aprendiendo a leer
La lectura depende totalmente en ser capaz de distinguir los símbolos visuales alfabéticos, la ortografía de cualquier lenguaje que el niño esté aprendiendo y el escuchar los diferentes sonidos de las palabras en el orden correcto. Este proceso implica la extracción de lo que conocemos como estructura fonética, de forma que los símbolos son traducidos en los sonidos apropiados. Desgraciadamente, los disléxicos son lentos a la hora de analizar los caracteres ortográficos y fonéticos de las palabras.
La capacidad de organizar las letras y los sonidos de manera
correcta depende tanto de los mecanismos visuales como auditivos. Para las
palabras que no nos son familiares, y la mayoría de ellas
no lo son para el lector principiante, cada letra se debe identificar y situar
en el orden correcto.
Este proceso no es tan fácil como parece, ya que los ojos deben efectuar pequeños movimientos yendo de una letra a otra. Las letras se identifican cada vez que el ojo fija su visión en ellas, sin embargo, el orden se establece por donde el ojo se fija cada vez que ve una letra. Lo que el ojo ve debe ser integrado con señales motoras del sistema de movimiento ocular y normalmente es con este proceso de integración visual motora que los disléxicos tiene problemas.
Los movimientos oculares durante la lectura.
Los movimientos de arriba abajo del registro se corresponden con la
izquierda y derecha
El control visual del movimiento del ojo se realiza fundamentalmente por una red de neuronas conocida como el sistema magnocelular. Se llama así porque las neuronas (células) son muy grandes (magno). Esta red se puede seguir desde la retina, pasando por la vía que lleva a la corteza cerebral y cerebelo, hasta las motoneuronas de los músculos oculares. Está especializada en la respuesta a los estímulos en movimiento, por lo tanto, su papel es el de identificar los objetos en movimiento.
Coloración histológica del núcleo
geniculado lateral mostrando la buena organización de las células
parvocelulares y magnocelulares en una persona normal y su
desorganización en una persona disléxica.