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ctor cinematográfico estadounidense de origen mexicano (1915-2001), su verdadero nombre era Anthony Rudolf Oaxaca. Su familia se trasladó a Texas cuando era un niño, para más tarde establecerse en Los Ángeles.

En determinada época practicó el boxeo, y también realizó diversos estudios técnicos y artísticos, como la arquitectura y la pintura,. Pero su verdadera atracción era la interpretación, y así, después de iniciarse en el teatro, atraído por la carrera cinematográfica, cuando tenía 21 años debutó como extra en la película The Milky way (1936).

Un temperamento artístico exuberante e instintivo le ha llevado a obtener merecido éxito en la creación de caracteres duros y aventureros, no exentos de cierto primitivismo. Durante la década de 1940, sus rasgos físicos de rostro multiétnico le permitieron encarnar a personajes de diversas procedencias, pero que no dejaban de ser secundarios. Fue después de la Segunda Guerra Mundial, en la que participó por ser nacionalizado estadounidense, cuando obtuvo éxito en Broadway con la obra Un tranvía llamado deseo, continuando más tarde en el cine con la obra ¡Viva Zapata! (1952) que le valió un Oscar al mejor actor de reparto. Ha tenido la capacidad de, interpretando papeles de actor secundario, llamar la atención y cobrar protagonismo, haciendo sombra o arrogándose en virtual actor principal.

Otras películas que ha interpretado fueron:  La strada (1954), El loco del pelo rojo (1956), que le valió su segundo Oscar, Los dientes del diablo (1960), Barrabás (1962), Zorba, el griego (1964), Viento en las velas (1965), etc. En la última década de su vida realizó variados trabajos en TV y participó en algunas películas junto a su hijo Lorenzo, además de actuar como coproductor.



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