GEOGRAFÍA - PAÍSES: Yugoslavia - 4ª parte
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Geografía

PAÍSES

Yugoslavia (Serbia) - 4ª parte


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Historia siglo XX

a revolución democrática que entronizó en 1903 a los Karadjordjevic en Serbia y sus victorias en las guerras de los Balcanes (1912-1913) dieron prestigio al Reino de Serbia, pero fue el estallido de la Primera Guerra Mundial lo que precipitó los acontecimientos. Ante la evidente posibilidad de ser despedazados y absorbidos por las ambiciones de sus vecinos (Italia, Rumanía, Bulgaria, Grecia), los eslavos de la monarquía Habsburgo comprendieron que necesitaban contar con Serbia.

En Corfú en primer lugar, y más tarde en Ginebra, se encontraron las delegaciones del Comité de Londres (representando a los eslavos en el exilio), del Comité Nacional de Zagreb (yugoslavos del Imperio austro-húngaro) y del Reino de Serbia (al cual se había adherido Montenegro), y sentaron las bases del futuro Reino de los serbios, croatas y eslovenos. Cuando las potencias vencedoras de la Primera Guerra Mundial sancionaron la disgregación de Austria-Hungría, este reino yugoslavo, con Alejandro Karadjordjevic al frente, fue una realidad (1 de diciembre de 1918).

El reino yugoslavo nació en medio de un gran entusiasmo, pero también entre equívocos: de los tratados que ponían fin a la contienda y repartían el botín, Yugoslavia salió, en general, beneficiada territorialmente, pero le quedó clavada la espina de la adhesión a Italia de Istria y las ciudades de Zadar y Rijeka; además, contó en su interior con minorías alemana, rumana, húngara y albanesa, en tanto que algunos eslavos quedaban en otros estados. Las fronteras surgidas de la Primera Guerra Mundial fueron permanentemente custodiadas, por lo que Yugoslavia tuvo que buscar alianzas que evitaran el «revisionismo».

En el plano interior, persistía la desconfianza entre los serbios y los pre1ani (croatas, eslovenos y serbios que habitaron en el imperio Habsburgo). Esta tensión se reflejó en los trabajos para elaborar una constitución. Tres partidos dominaban la Asamblea Constituyente: el Partido Radical del líder panserbio Nikola Paši2, el Partido Campesino Croata, adherido a una vaga idea de democracia agrarista, la Internacional Verde, liderado por Stejpan Radi2, y el Partido Comunista, que agrupaba a los descontentos y no distinguía entre etnias.

El boicot del Partido Campesino hizo el juego a los centralistas del Partido Radical, provocando la derrota del federalismo que deseaban croatas, eslovenos y demócratas serbios. El nacionalista y conservador Pa0i• retuvo el poder hasta su asesinato en 1926. Bajo una apariencia de parlamentarismo, se desarrolló un espectáculo de corrupción, elecciones trucadas y violencia crónica (terrorismo de la organización croata Ustacha), que dio el pretexto a la monarquía para convertirse en una auténtica dictadura, ilegalizando el Partido Comunista y encarcelando a Radi2, finalmente asesinado durante una sesión parlamentaria. A inicios de 1929 el rey abolió las libertades y pretendió acabar con los particularismos étnicos, adoptándose la denominación oficial de Reino de Yugoslavia.

La política uniformizadora de la monarquía coincidió con la crisis económica mundial de la década de 1930 que provocó gran conflictividad social. Pero el problema número uno seguía siendo el nacionalismo croata, que ante la represión y destrucción del Partido Campesino, quedó encabezado por radicales como Ante Pavelic, quien se declaraba abiertamente fascista y buscaba apoyos para sus ustachas en los totalitarismos vecinos. El rey Alejandro Karadjordjevic fue asesinado (9 de ocutubre de 1934) por los croatas durante una visita a Francia en busca de apoyos para frenar el expansionismo de húngaros, búlgaros e italianos.

El Consejo de Regencia que sucedió a Alejandro mantuvo intocado el gobierno interior, pero en cuanto a los problemas internacionales debió afrontar el imparable ascenso de los totalitarismos fascistas. La seguridad colectiva devino ilusoria ante las dudas y falta de soluciones de las democracias occidentales. Yugoslavia decidió buscar su seguridad (y una complementariedad económica) en una alianza con las potencias del Eje, singularmente Alemania. Al tiempo, se intentaba restar soporte al nacionalismo croata radical. Tras el aplastamiento por parte de Alemania de Polonia y Francia, Yugoslavia quedaba sin defensa posible y cedió a las presiones de Hitler para integrarse en el Pacto Tripartido; pero, en un golpe de teatro sorprendente, los patriotas serbios rechazaron la capitulación y derribaron a la monarquía, buscando apoyo en la U.R.S.S. Como respuesta, el 6 de abril de 1941 Alemania invadió Yugoslavia.

Desde el primer momento, la resistencia a la ocupación nazi se dividió en dos movimientos rivales: los monárquicos y nacionalistas serbios (chetniks), encabezados por el general Draja Mihajlovic (los cuales acabaron colaborando con los ocupantes), y un movimiento antifascista encabezado por Josip Broz Tito, veterano de las Brigadas Internacionales. Los partisanos de Tito crearon el Comité Nacional de Liberación, que sería el núcleo del futuro gobierno federal una vez consolidada la liberación con ayuda del Ejército Rojo (noviembre de 1944). Terminada la guerra, los comités titistas controlaban los poderes locales en toda Yugoslavia, y en las primeras elecciones (11 de noviembre de 1945), el frente del Pueblo obtuvo el 90 % de los sufragios. El gobierno formado por Tito estaba formado, de hecho, por el Partido Comunista; la Asamblea Constituyente proclamó la República Popular Federalista Yugoslava y dictó una constitución inspirada en la soviética, uniendo Legislativo y Ejecutivo. Se creaban seis repúblicas federadas (Serbia, Montenegro, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia y Macedonia) y dos regiones autónomas (Voivodina y Kosovo). Se instituía, asimismo, un nuevo sistema socioeconómico, suprimiéndose la propiedad privada de los medios de producción y nacionalizándose los sectores de importancia nacional. La tierra no se nacionalizó, pero se limitó la extensión de las propiedades individuales. Por último, se introducía la planificación centralizada.

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