Es absolutamente imposible encarar problema
humano alguno con una mente carente de prejuicios.
El secreto de la felicidad en el amor consiste
menos en ser ciego que en cerrar los ojos cuando
hace falta.
Lo más escandaloso que tiene el escándalo es que
uno se acostumbra.
La verdad es una y el error, múltiple.
La familia es un nido de perversiones.
No se nace sino que se deviene mujer.
Escribir es un oficio que se aprende
escribiendo.
Entre dos individuos, la armonía nunca viene
dada, sino que debe conquistarse indefinidamente.
Es lícito violar una cultura, pero con la
condición de hacerle un hijo.
El esclavo que obedece escoge obedecer.
El hecho de que exista una minoría privilegiada
no compensa ni excusa, la situación de
discriminación en la que vive el resto de sus
compañeros.
Encanto es lo que tienen algunos hasta que
empiezan a creérselo.
La naturaleza del hombre es malvada. Su bondad
es cultura adquirida.
¿Qué es un adulto? Un niño inflado por la edad.
Las personas felices no tienen historia.
El problema de la mujer siempre ha sido un
problema de hombres.
Las arrugas de la piel son ese algo
indescriptible que procede del alma.
La belleza es aún más difícil de explicar que la
felicidad.
No hay muerte natural: nada de lo que sucede al
hombre es natural puesto que su sola presencia pone
en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y
aun si los hombres la conocen y la aceptan, es una
violencia indebida.
Hay mujeres que son alocadas y hay mujeres de
talento: ninguna tiene esa locura del talento que se
llama genio.
Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha
podido franquear la distancia que la separa del
hombre. El trabajo es lo único que puede
garantizarle una libertad completa.