Tenemos bastante religión para odiarnos unos a
otros, pero no la bastante para amarnos.
La mayoría de las personas son como alfileres:
sus cabezas no son lo más importante.
La ambición suele llevar a las personas a
ejecutar los menesteres más viles. Por eso, para
trepar, se adopta la misma postura que para
arrastrarse.
Un hombre nunca debe avergonzarse por reconocer
que se equivocó, que es tanto como decir que hoy es
más sabio de lo que fue ayer.
La libertad de conciencia se entiende hoy día,
no sólo como la libertad de creer lo que uno quiera,
sino también de poder propagar esa creencia.
El poder arbitrario constituye una tentación
natural para un príncipe, como el vino o las mujeres
para un hombre joven, o el soborno para un juez, o
la avaricia para el viejo, o la vanidad para la
mujer.
Podemos observar en la república de los perros
que todo el Estado disfruta de la paz más absoluta
después de una comida abundante, y que surgen entre
ellos contiendas civiles tan pronto como un hueso
grande viene a caer en poder de algún perro
principal, el cual lo reparte con unos pocos,
estableciendo una oligarquía, o lo conserva para sí,
estableciendo una tiranía.
Ningún hombre aceptará un consejo, pero todos
aceptarán dinero. De donde se deduce que el dinero
vale más que el consejo.
Un solo enemigo puede hacer más daño que el bien
que se pueden hacer diez amigos juntos.
Apolo, el dios de la medicina, solía enviar las
enfermedades. En el principio, los dos oficios eran
uno solo, y sigue siendo así.
Señor, quisiera saber quien fue el loco que
inventó el beso.
Ningún hombre sabio quiso nunca ser joven.
Cuando el diablo está satisfecho, es una buena
persona.
¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!
Visión es el arte de ver las cosas invisibles.
Nada es constante en este mundo sino la
inconstancia.
Cuando en el mundo aparece un verdadero genio
puede reconocérsele por este signo: todos los necios
se conjuran contra él.
Es un axioma que aquel a quien todos conceden el
segundo lugar, tiene méritos indudables para ocupar
el primero.
Todo el mundo quisiera vivir largo tiempo, pero
nadie querría ser viejo.
Los mejores médicos del mundo son: el doctor
dieta, el doctor reposo y el doctor alegría.