La sociedad está obligada a hacer feliz a todos
la vida.
La misericordia es una parte integrante de la
justicia.
Cuando Dios borra, es que va a escribir algo.
La más peligrosa de todas las debilidades es el
temor de parecer débil.
La política es un acto de equilibrio entre la
gente que quiere entrar y aquellos que no quieren
salir.
Siempre hay algo en nosotros que no madura con
la edad.
En Egipto se llamaban las bibliotecas el tesoro
de los remedios del alma. En efecto, curábase en
ellas de la ignorancia, la más peligrosa de las
enfermedades y el origen de todas las demás.
No es bueno que todo suceda como deseamos.
Cuando todo nos sonríe en el mundo, nos apegamos a
éste muy fácilmente y el encanto es muy fuerte. Por
eso, y porque Dios nos ama, no permite que durmamos
mucho y muy cómodamente en este lugar de destierro.
Repara uno sus faltas cuando llora.
La posesión de la riqueza tiene lazos invisibles
en donde el corazón se enreda fácilmente.
La vida humana se parece a un camino cuya salida
es un precipicio horroroso; nos advierten de ello
desde los primeros pasos; pero el decreto está ya
pronunciado: es preciso adelantar siempre sin poder
retroceder.
Las virtudes que se ostentan son vanas y falsas
virtudes.