Cuando las mujeres se besan, siempre recuerdan a
los boxeadores profesionales cuando se estrechan las
manos.
La democracia es una creencia patética en la
sabiduría colectiva de la ignorancia individual.
Para todo problema humano hay siempre una
solución fácil, clara, plausible y equivocada.
A una persona naturalmente confiada le lleva
bastante tiempo reconciliarse con la idea de que,
después de todo, Dios no lo ayudará.
Es completamente lícito para una católica evitar
el embarazo recurriendo a las matemáticas, aunque
todavía está prohibido recurrir a la física o a la
química.
La conciencia es una voz interior que nos
advierte que alguien puede estar mirando.
Vive de manera que puedas mirar fijamente a los
ojos de cualquiera y mandarlo al diablo.
Un idealista es un hombre que, partiendo de que
una rosa huele mejor que una col, deduce que una
sopa de rosas tendría también mejor sabor.
Un cínico es un hombre que, cuando huele flores,
busca un ataúd alrededor.
Los solteros saben más acerca de las mujeres que
los casados; si no fuese así, ellos también lo
estarían.
El soltero desea una esposa pero se alegra de no
tenerla.
El principal valor del dinero radica en que lo
estimamos más de lo que vale.
El hombre se hace civilizado no en proporción a
su disposición para creer, sino en proporción a su
facilidad para dudar.
Confianza es el sentimiento de poder creer a una
persona incluso cuando sabemos que mentiríamos en su
lugar.
La fe puede ser sucintamente definida como una
creencia ilógica en que lo improbable sucederá.