Es preciso saber lo que se quiere; cuando se
quiere, hay que tener el valor de decirlo, y cuando
se dice, es menester tener el coraje de realizarlo.
El hombre absurdo es el que no cambia nunca.
Los tontos no gustan de admirar las cosas sino
cuando llevan una etiqueta.
Un traidor es un hombre que dejó su partido para
inscribirse en otro. Un convertido es un traidor que
abandonó su partido para inscribirse en el nuestro.
La vida del hombre es interesante principalmente
si ha fracasado. Eso indica que trató de superarse.
Gobernar dentro de un régimen democrático sería
mucho más fácil si no hubiera que ganar
constantemente elecciones.
Manejar el silencio es más difícil que manejar
la palabra.
Los hechos son el principio, el medio, el fin;
hace un daño irreparable descansar sobre grandes
discursos.
Cuando un político muere, mucha gente acude a su
entierro. Pero lo hacen para estar completamente
seguros de que se encuentra de verdad bajo tierra.
La guerra es un asunto demasiado importante para
confiárselo a los militares.
La diferencia entre un civil y un militar es que
el primero siempre puede militarizarse, pero el
segundo rara vez puede civilizarse.
Eso que llaman verdad no es más que la
eliminación de errores.
Todos los cementerios del mundo están llenos de
gente que se consideraba imprescindible.