El adulterio es justificable: el alma necesita
pocas cosas; el cuerpo muchas.
No todo resbalón significa una caída.
No frecuentes las malas compañías, no sea que
aumente su número.
La juventud vive de la esperanza; la vejez del
recuerdo.
El que no es bello a los veinte, ni fuerte a los
treinta, ni rico a los cuarenta, ni sabio a los
cincuenta, nunca será ni bello, ni fuerte, ni rico,
ni sabio.
¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la
vida es un cambio. ¿Por qué hemos de temerle?
La civilización es una carrera entre la
educación y la catástrofe.
Porque el que necesita para vivir cinco mil
libras no es menos pobre que el que necesita cinco.
Ama a tu vecino, pero no derribes vuestra verja.
No es tan fiero el león como lo pintan.
Un padre vale por cien maestros.
La indignación moral no es más que envidia con
aureola.
La corona real no quita el dolor de cabeza.
Cuando un amigo nos pide algo, la palabra
"mañana" no existe.