Cualquier cosa que el hombre gane debe pagarla
cara, aunque no sea más que con el miedo de
perderla.
A menudo se echa en cara a la juventud el creer
que el mundo comienza con ella. Cierto, pero la
vejez cree aún más a menudo que el mundo acaba con
ella. ¿Qué es peor?
A más de uno que dice que la vida es breve le
parece el día demasiado largo.
Debemos obrar, no para ir contra el destino,
sino para ir delante de él.
Gran parte de las experiencias que he hecho
sobre mí mismo las hice observando las
particularidades de los demás.
Las coronas de laurel son arrebatadas por un
soplo de brisa; contra las coronas de espinas, nada
puede la tempestad.
Hay mucha gente que no cree en nada, pero que
tiene miedo de todo.
Te conocerás a ti mismo en cuanto empieces a
descubrir en ti defectos que los demás no te han
descubierto.
Un prisionero es un predicador de libertad.
Muchos no creen en nada, pero temen a todo.
Los ojos son el punto donde se mezclan alma y
cuerpo.
Las gentes virtuosas desacreditan la virtud.
Creer posible algo es hacerlo cierto.
Nuestras virtudes son, a menudo, hijas bastardas
de nuestros vicios.
Hay velas que lo alumbran todo, menos su propio
candelabro.
No honres con tu odio a quien no podrías honrar
con tu amor.
El asunto es el problema; la forma, la solución.
Hay personas que se consolarían hasta del fin
del mundo, con tal de que ellas lo hubiesen
anunciado.