Hay que querer hasta el extremo de alcanzar el
fin; todo lo demás son insignificancias.
Es al separarse cuando se siente y se comprende
la fuerza con que se ama.
Amo a la humanidad, pero, para sorpresa mía,
cuanto más quiero a la humanidad en general, menos
cariño me inspiran las personas en particular.
¡Cuán bueno hace al hombre la dicha! Parece que
uno quisiera dar su corazón, su alegría. ¡Y la
alegría es contagiosa!
¿Qué es el infierno? Yo sostengo que es el
sufrimiento de ser incapaz de amar.
Los celosos son los primeros que perdonan, todas
las mujeres lo saben.
Después de un fracaso, los planes mejor
elaborados parecen absurdos.
Es difícil juzgar la belleza: la belleza es un
enigma.
La mujer, sólo el diablo sabe lo que es; yo no
lo sé en absoluto.
Hermanos, no temáis al pecado de los hombres;
amad al hombre aún en su pecado, pues un tal amor
aseméjase a Dios.
El hombre se complace en enumerar sus pesares,
pero no enumera sus alegrías.
Creo en la vida eterna en este mundo, hay
momentos en que el tiempo se detiene de repente para
dar lugar a la eternidad.
El verdadero dolor, el que nos hace sufrir
profundamente, hace a veces serio y constante hasta
al hombre irreflexivo; incluso los pobres de
espíritu se vuelven más inteligentes después de un
gran dolor.
El secreto de la existencia no consiste
solamente en vivir, sino en saber para que se vive.
Se sufre de dos clases de celos: los del amor y
los del amor propio.