La gente buena, si se piensa un poco en ello, ha
sido siempre gente alegre.
El hombre que ha empezado a vivir seriamente por
dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera.
La moral es lo que hace a uno sentirse bien y lo
inmoral es lo que hace a uno sentirse mal.
Un hombre de carácter podrá ser derrotado, pero
jamás destruido.
Sin duda, no hay cacería como la caza de hombres
y aquellos que han cazado hombres armados durante el
suficiente tiempo y les ha gustado, en realidad
nunca se interesarán por nada más.
Sólo existen tres deportes: el toreo, las
carreras de coches y el montañismo. El resto son
simples juegos.
Ahora: una palabra curiosa para expresar todo un
mundo y toda una vida.
Jamás penséis que una guerra, por necesaria o
justificada que parezca, deja de ser un crimen.
Sentía la soledad de muerte que llega al cabo de
cada día de la vida que uno ha desperdiciado.
Si ganamos aquí ganaremos en todas partes. El
mundo es un hermoso lugar, vale la pena defenderlo y
detesto dejarlo.
Cada día es un nuevo día. Es mejor tener suerte.
Pero yo prefiero ser exacto. Luego, cuando venga la
suerte, estaré dispuesto.
No hagas lo que sinceramente no quieres hacer.
Nunca confundas movimiento con acción.
El hombre tiene corazón, aunque no siga sus
dictados.
Intenta comprender, no eres un personaje de
tragedia.
Es moral lo que hace que uno se sienta bien,
inmoral lo que hace que uno se sienta mal. Juzgadas
según estos criterios morales que no trato de
defender, las corridas de toros son muy morales para
mí.
Un rico es diferente al que no lo es: tiene más
dinero.
Quédate siempre detrás del hombre que dispara y
delante del hombre que está cagando. Así estás a
salvo de las balas y de la mierda.
La obra clásica es un libro que todo el mundo
admira, pero que nadie lee.
El secreto de la sabiduría, del poder y del
conocimiento es la humildad.
Conocer a un hombre y conocer lo que tiene
dentro de la cabeza, son asuntos distintos.
Al oír un eco muchos creen que el sonido
proviene de él.
Se necesitan dos años para aprender a hablar y
sesenta para aprender a callar.