La reflexión es el camino hacia la inmortalidad;
la falta de reflexión, el camino hacia la muerte.
Larga es la noche para el que yace despierto;
larga es la milla para el que va cansado; larga es
la vida para el necio que no conoce la verdadera
ley..
Pocos son entre los hombres los que llegan a la
otra orilla; la mayor parte corre de arriba a abajo
en estas playas.
Todo lo que somos es el resultado de lo que
hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos
y está hecho de nuestros pensamientos.
El dolor es inevitable pero el sufrimiento es
opcional.
El odio no disminuye con el odio. El odio
disminuye con el amor.
Como flores hermosas, con color, pero sin aroma,
son las dulces palabras para el que no obra de
acuerdo con ellas.
Avanzando estos tres pasos, llegarás más cerca
de los dioses: Primero: Habla con verdad. Segundo:
No te dejes dominar por la cólera. Tercero: Da,
aunque no tengas más que muy poco que dar.
Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como
tus propios pensamientos.
Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la
victoria de quien se ha vencido a sí mismo.
No hay incendio como la pasión: no hay ningún
mal como el odio.
Para enseñar a los demás, primero has de hacer
tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.
El insensato que reconoce su insensatez es un
sabio. Pero un insensato que se cree sabio es, en
verdad, un insensato.