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Salvarse por los pelos
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Salvarse por los pelos es no sufrir un daño o un perjuicio por casualidad, o por un escaso margen de espacio o tiempo. Ejemplo: "Cuando el otro coche se me venía encima, pegué un volantazo y me salvé por los pelos".
Curiosamente, la frase tiene una explicación absolutamente literal, pues se refiere a los marineros que, tras un naufragio o una caída al mar, eran salvados por sus compañeros agarrándolos directamente por los pelos. Por eso, era normal que los marineros se dejaran siempre el pelo largo. Además, muchos hombres enrolados en naves de exploración ni siquiera sabían nadar, al proceder de zonas de interior, por lo que el pelo largo constituía un elemento de salvación en caso de caída al mar.
El método fue especialmente defendido en 1809, cuando la Marina española ordenó a los marineros que, por higiene, se cortaran habitualmente el pelo, al igual que los soldados del resto de los ejércitos. Se manifestó entonces un gran revuelo y salieron numerosas quejas de la marinería, incluso se produjeron conatos de motín, argumentando que el pelo largo había salvado a muchos marineros de morir ahogados. El decreto, finalmente, se declaró de cumplimiento voluntario el 26 de noviembre del mismo año.
Imagen: El capitán Jack Sparrow, personaje de la serie cinematográfica "Piratas del Caribe" que interpretó el actor Johnny Depp.
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