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Tierras y Culturas
MÉXICO
Geografía - 4ª parte
Hidrología
ebido
a sus características climáticas y la disposición de las
formas terrestres, México tiene unos grandes ríos y
lagos naturales. El más grande se encuentra en la parte
central del país. El río Lerma tiene su cabecera en la
cuenca de Toluca, al oeste de la ciudad de México, y
fluye hacia el oeste para formar el Lago de Chapala, que
constituye el lago natural más grande del país.
El río Santiago fluye después fuera del lago Chapala hacia el noroeste, atravesando la Sierra Madre Occidental en su camino hacia el Pacífico. Las aguas que fluyen hacia el este son el río Pánuco y sus afluentes, los ríos Moctezuma y Santa María, que se originan en el este de la Mesa Central y caen a través de gargantas en la Sierra Madre Oriental en su camino hacia el Golfo de México. Los lagos de Pátzcuaro y Cuitzeo, al oeste de la Ciudad de México, son los restos de grandes lagos y marismas que cubrían gran parte del sur de la Mesa Central antes de la colonización europea.
Vista de satélite del lago Chapala (imagen: Wikimedia
Commons)
Hay pocos arroyos permanentes en la árida Mesa del Norte, y la mayoría de ellos drenan hacia el interior en lugar de hacia el océano. De lejos, el río más importante de esta parte del país es el Río Bravo del Norte (llamado Río Grande en los Estados Unidos), que forma una extensa parte de la frontera internacional. El río Conchos, un afluente del Río Bravo, es importante para la agricultura de riego y la hidroelectricidad.
El río Balsas y sus afluentes drenan la depresión del Balsas, así como gran parte de la porción sur de la Mesa Central. Represado en la zona donde cruza la Sierra Madre del Sur, el Balsas es una fuente apreciable de energía hidroeléctrica, pues alimenta la presa de la central del Infiernillo, en Michoacán, la segunda en importancia energética del país después de la central de la presa de Chicoasén.
Más al sureste, en la frontera de Guatemala, el sistema de ríos Grijalva-Usumacinta drena la mayor parte de los húmedos Altos de Chiapas. Junto con el río Papaloapan, que entra en el Golfo de México al sur de Veracruz, el Grijalva y Usumacinta cuenta con cerca de dos quintas partes del volumen total de los ríos de México.
El río Balsas es una fuente importante de energía
eléctrica. En la imagen la presa del Infiernillo durante
la temporada seca (imagen: Wikimedia Commons)
Los arroyos en las costas este y oeste son cortos y empinados, porque la Sierra Madre Occidental y la Sierra Madre Oriental se originan cerca de los márgenes costeros. A lo largo de las tierras bajas costeras del Pacífico los ríos Yaqui, Fuerte y Culiacán están represados y apoyan a vastos campos de regadío. La aridez en la Baja California y las calizas porosas que subyacen en la Península de Yucatán, causan que esas regiones estén prácticamente carentes de corrientes superficiales permanentes. El agua es pues un problema en esta zona, agravado por la facilidad para la contaminación de los acuíferos por motivo de estas características del subsuelo.
Suelos
En todo el sureste de México tropical los altos índices de precipitación producen infértiles suelos rojizos, debido al sustrato laterítico propio de estas zonas cálidas. Los agentes atmosféricos como la lluvia, el viento o la radiación solar producen costras lateríticas debido a la meteorización de la capa superficial de los suelos, que son pobres en sílice y a la vez ricos en óxidos e hidróxidos de hierro, aluminio y otros minerales.
Los suelos más ricos del país son los chernozem de naturaleza volcánica, como los que se encuentran en la Mesa Central. Profundos, fáciles de trabajar y ricos en minerales de base, algunos de esos suelos oscuros han sido cultivados de forma continua durante muchos siglos. Sin embargo, el uso excesivo ha causado una grave erosión laminar y ha dejado expuesto en muchas áreas el tepetate (una especie de roca arcillosa que tiene utilidad en construcción), y que supone un grave problema para el desarrollo de la agricultura debido a que, además de su infertilidad, absorbe mucha agua y cuando la pierde se endurece notablemente.
En este perfil del suelo puede observarse como a pocos centímetros de la
tierra fértil de la superficie (la de color más oscuro) asoma el
tepetate. La erosión por un uso excesivo de estas áreas provoca con el tiempo que el
tepetate aflore, dejando unos suelos improductivos
En el árido norte, suelos de color gris-marrón desérticos ocupan las extensiones más grandes. Tienen un alto contenido en sales de calcio y son solubles, pudiendo presentar alta productividad si se riegan, pero en esos casos la salinización constituye un problema serio, lo que resulta en campos yermos.
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