Literatura prosista
LA LITERATURA EN EL SIGLO XX [De 1900 a 1939]
El teatro - 1ª parte
Las líneas del teatro español
as líneas principales que existieron en el teatro español entre 1900 y 1939 son las siguientes:
-- Continuación de la "alta comedia" en la obra sobre todo de Jacinto Benavente, el principal dramaturgo de la época.
-- Teatro popular, continuador de los sainetes, cuyo más destacado representante fue Carlos Arniches.
-- Teatro poético: inicialmente de signo modernista, fue cultivado por Eduardo Marquina y Francisco Villaespesa; después, escribieron también teatro en verso, con temas históricos nacionales, autores como José María Pemán.
-- Teatro intelectual o "de ideas": en él habrían de inscribirse las obras de Unamuno, entre otros.
-- Teatro social y político: continuador del teatro social del siglo XIX en un principio, esta orientación dramática derivó hacia problemas más implicados en la vida política durante la República y la Guerra Civil, en que se representaron obras de propaganda ideológica.
-- Renovación teatral: los intentos de escribir un nuevo teatro fueron protagonizados sobre todo por Valle-Inclán y García Lorca; el primero con sus "esperpentos" y el segundo con sus dramas en prosa y verso.
Principales dramaturgos
Jacinto Benavente
Introducción biográfica
Nació en Madrid (1866-1954). Inició estudios de Derecho, que no terminó; antes de triunfar como autor dramático, escribió en la prensa y fue empresario de circo. Fundó en 1909 un teatro para niños. Académico desde 1912, en 1922 recibió el Premio Nóbel de Literatura. Murió en Madrid.
Obra
La obra teatral de Benavente es amplísima; escribió y estrenó más de cien dramas en los más de cincuenta años que duró su actividad. Su teatro llenó esta época, criticado o aplaudido, y contó con un público burgués bastante fiel.
Comenzó publicando obras cortas, El teatro fantástico (1892), y Cartas de mujeres (1893), en la que se muestra ya su interés por los personajes femeninos, que sería una de las características principales de su teatro. El primer éxito lo consiguió con El nido ajeno (1894), a la que siguieron Gente conocida (1896) y La comida de las fieras (1898). En estas tres obras, Benavente se oponía al teatro realista anterior y a su moralismo, representado por las obras de Tamayo y Baus y también por las de Pérez Galdós.
Las obras que escribió a continuación son probablemente las mejores de toda su producción; en ellas el humor y una cierta sátira se unen a una mayor profundidad en el tratamiento del tema; en esta línea están La noche del sábado (1903), El dragón de fuego (1904) y Los intereses creados (1907).
En los años siguientes, además de alguna obra de interés educativo como El príncipe que todo lo aprendió en los libros (1910), escribió dos de sus dramas rurales más conocidos: Señora ama (1908) y La malquerida (1913).
Su teatro por estos años comenzó a ser demasiado reiterativo en la línea de la "alta comedia" que continuó ininterrumpidamente antes y después de la Guerra Civil. Algunos títulos: La ciudad alegre y confiada (1916), continuación de Los intereses creados; Campo de armiño (1916), Pepa Doncel (1928) y La infanzona (1945), que fue su última obra.
De su amplia actividad como crítico teatral quedaron varios libros; entre ellos, De sobremesa (1910, cinco volúmenes), El teatro del pueblo (1914), Acotaciones (1914) y Crónicas y diálogos (1916).
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