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a historia del Siglo de las Luces en España está limitada por dos importantes acontecimientos bélicos: la guerra de Sucesión al trono español (1700-1714) y la guerra de Independencia (1808-1814). Una nueva dinastía comienza a reinar en España; con ella llegan cambios a la vida española, que suscitan a veces fuerte oposición. Durante los reinados de los reyes de la dinastía borbónica entran las ideas de la Ilustración francesa y el despotismo ilustrado, que intentaron la transformación de todos los órdenes de la vida nacional.

La política

Cinco reyes se suceden en el trono español en el siglo XVIII: Felipe V (1700-1724 y 1724-1746), Luís I (1724), Fernando VI (1746-1759), Carlos III (1759-1788) y Carlos IV (1788-1808).

La familia de Felipe V, de V.M. Van Loo (Museo del Prado, Madrid)

Con la muerte sin sucesión del último de los Austrias, Carlos II, se inicia una guerra por la consecución de la herencia española entre Felipe de Anjou, nieto de Luís XIV de Francia, y el archiduque austriaco Carlos. La guerra tuvo consecuencias importantes para la sociedad española: se perdieron territorios en favor de los ingleses y de los austriacos (Menorca, Gibraltar, zonas de los Países Bajos, Nápoles, Sicilia); los territorios del antiguo reino de Aragón, que había defendido la candidatura del pretendiente austriaco, perdieron sus fueros particulares y se inició un proceso de fuerte centralismo político.

España estaba reducida a comienzos del siglo casi a una sombra de lo que había sido; para sacarla de este estado, se propugnan una serie de medidas (muchas inspiradas en las ideas de la Ilustración francesa) desde el poder político o desde voces autorizadas del mundo intelectual: se establece un proteccionismo económico; se critica la inactividad de las clases aristocrática y eclesiástica; se propugna la reforma de la agricultura, la educación, la incipiente industria, etc..

Esta orientación de la política española produjo sus frutos, que sin embargo se vieron limitados por una actividad bélica dentro y fuera del país, que exigió grandes esfuerzos económicos y humanos; tras la guerra de Sucesión vinieron las campañas en Italia (1734 y 1740-46), las expediciones a las Malvinas (1770), Argel (1775), Gibraltar (1779 y 1783), Menorca (1782), la campaña de Portugal (1762), para terminar el siglo con las hostilidades contra el gobierno revolucionario francés (1793-95) y el apoyo a Napoleón, que conduciría a la invasión francesa y la guerra de la Independencia (1808-1814).

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