Literatura prosista
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
Las lenguas ibéricas no romances - 4ª parte
El hebreo (continuación)
El sefardí o sefardita
uesto que hablamos de las lenguas no romances en la península Ibérica, en este territorio nos toca de cerca la lengua sefardí o sefardita, es decir, la lengua de los judíos oriundos de España, que es un dialecto del Hebreo. Etnológicamente, el sefardí era el judío español o el que aceptaba las prácticas religiosas especiales que mantenían los judíos residentes en España.
En 1492, los judíos fueron expulsados de España por los Reyes Católicos y se establecieron en diversos países de Europa, Asia y África; todavía muchos de sus descendientes viven en el Mediterráneo oriental, sobre todo en Tesalónica. Hubo muchos judíos que se quedaron en territorio español, pero porque aceptaron la conversión religiosa al cristianismo.
Los judíos sefarditas, a pesar de llevar sobre sus hombros el estigma de la expulsión de la patria española (probablemente un error histórico de los reyes Católicos cuyas consecuencias no cabe analizar aquí), conservan no obstante con orgullo sus costumbres y su lengua, que actualmente quedó reducida al judeocastellano (también llamado juedeoespañol o ladino); también existió un judeocatalán, pero no subsistió al tratarse de una comunidad mucho menor.
Los sefardíes se organizaban en comunidades que constaban de sinagogas, academias rabínicas e instituciones benéficas; habitaban en barrios propios que se encontraban bajo la obediencia de un jefe espiritual y de un consejo de ancianos.
Su dialecto del Hebreo es actualmente lengua oficial en Israel, y les diferencia de la otra gran rama judía, la asquenasita, de la que también están separados por ordenamientos jurídicos y rituales distintos.
La lengua sefardita es hablada en las colonias de judíos sefarditas que se asientan en el norte de África, Grecia, Turquía y, recientemente, en el Estado de Israel. Constituye, en conjunto, una viva representación del castellano medieval, con abundantes préstamos del mismo hebreo, del que emana, y de las lenguas que se encuentran en el entorno de la colonia.
Fonológica,mente, se observa en el sefardí la conservación de la [f] inicial y de las fricativas [ò] y [x] o la africada [dx]. Vocálicamente, se aprecia la falta de diptongos, ejemplo de rogo (por ruego) y quero (por quiero). También se observa el cierre de e--i y o--u, por ejemplo en dijar (por dejar) y amigu (por amigo).
También son reseñables las diferencias morfosintácticas, que vienen a resaltar especialmente arcaísmos léxicos, tales como mancebo (joven), mercar (comprar), melesina (medicina), etc.
En la escritura se utiliza el alfabeto latino, con rasgos ortográficos emanados del castellano, italiano, francés o rumano; o también una adaptación del alfabeto hebreo, llamado alfabeto raši o rasí, consistente en tipos semicursivos, utilizado frecuentemente para los textos sefardíes aljamiados, es decir, los textos castellanos escritos en caracteres arábigos, como el Poema de Yusuf.
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