LENGUA - LAS LENGUAS PENINSULARES: Formación de las lenguas peninsulares - 4ª parte
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LAS LENGUAS PENINSULARES

Formación de las lenguas peninsulares - 4ª parte


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Las invasiones peninsulares

Los germanos

n el año 409 entran por los Pirineos unos pueblos germánicos (suevos, vándalos y alanos) que destruyen el poder del Imperio en la Hispania romana; unos años más tarde penetra otro pueblo, el visigodo, que acabará expulsando o arrinconando a los otros invasores y creando un reino estable con centro en Toledo.

Durante todo este siglo V, las distintas tribus nórdicas que desde el siglo I venían infiltrándose, pacíficamente o no, en el Imperio, acaban destruyendo la unidad romana. Suele llamarse genéricamente a todos estos movimientos de pueblos nórdicos invasiones germánicas o también invasiones bárbaras.

Jinete vándalo, perteneciente a uno de los varios pueblos germánicos (como los Suevos y Alanos) que invadieron la Península
Jinete vándalo, perteneciente a uno de los varios pueblos germánicos (como los Suevos y Alanos) que invadieron la Península

No sólo fue la unidad política lo que se deshizo en el Imperio romano con estas invasiones: la unidad cultural y lingüística, hasta entonces bastante homogénea, comenzó a quebrarse, y este resquebrajamiento conduciría, unos siglos después, a la diferenciación lingüística de la Romania y al nacimiento de las lenguas romances.

Si el proceso no fue más rápido, como ha sucedido con otras invasiones de unos pueblos por otros, se debe fundamentalmente a dos motivos: en primer lugar, los germanos llevaban cuatro siglos relacionándose con los romanos, y unos y otros se habían influido mutuamente en cuanto al idioma, la economía y las costumbres; en segundo lugar, la cultura romana estaba más avanzada que la de las dispersas tribus nórdicas y acabó imponiéndose.

Así pues, el periodo de bilingüismo peninsular no fue demasiado largo, y el latín, ya bastante evolucionado, acabó siendo la lengua común de todos los habitantes de la Península. El elemento visigodo influyó en el latín de la época (o en el romance que ya se estaba formando), principalmente en el vocabulario. La fonética no sufrió influjos y la morfología muy escasos (sufijo -ing ----> engo: abolengo, realengo).

Sin embargo es en estos siglos cuando los romances peninsulares (y también los demás romances de Europa) comienzan su diferenciación. El hecho de que las provincias romanas quedaran aisladas políticamente y el descenso cultural que supusieron las invasiones motivaron que la lengua de las distintas zonas del Imperio quedara abandonada a sus propias tendencias e influencias.

A pesar de lo poco conocida que, aun hoy, es la época visigoda en cuanto a los cambios lingüísticos, no cabe duda de que el pueblo hablaba ya una lengua diferente del latín usado en leyes y documentos oficiales: esos dialectos latinos son los primitivos romances.

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