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Los elementos de la comunicación (continuación)

Información y comunicación

emos hablado hasta aquí de información y de comunicación. Profundicemos un poco más en la diferencia entre ambos conceptos. La comunicación es el acto o conjunto de actos mediante los cuales el emisor transmite al receptor una información; la información es el contenido del mensaje.

Podemos distinguir entre cantidad de información y su sentido. Decimos que un mensaje es muy informativo cuando la probabilidad de que se emita es muy escasa: la probabilidad de un mensaje resulta, de esta forma, inversamente proporcional a la cantidad de información, matemáticamente calculable, que proporciona.

Como ejemplo esclarecedor, el "sí, quiero" de una novia ante el altar es un mensaje que aporta muy poca información, pues es lo que universalmente se espera que diga. Si sus palabras fueran justamente las opuestas ("no quiero casarme con este hombre") el mensaje sería muy informativo. De igual forma, el hecho de que nevase en Madrid en septiembre, si ello ocurriera, se convertiría en una noticia de primera página.

La información consiste en la reducción de una incertidumbre: llegamos a saber algo que no sabíamos. Otro ejemplo muy recurrido para explicar que algo es noticiable, es el caso del perro que muerde a un hombre; habitualmente, tal hecho no es noticia, y por tanto no aporta apenas información de interés, pues es lo previsible que un perro pueda morder a un hombre; sin embargo, si es el hombre el que muerde a un perro, inmediatamente cobra un alto valor informativo, pues tal hecho no es previsible que suceda habitualmente.

Pero, más allá de su probabilidad o improbabilidad, los signos --y los mensajes-- hablan de cosas humanas. Las imágenes, los sonidos, las palabras y los gestos van inexorablemente asociados a ideas, a sentimientos y a vivencias. Ello constituye el sentido de la información.

Sistemas de comunicación

De muy diversos modos se comunican y se han comunicado los seres humanos: las banderas, el morse, la señalización de carreteras, los planos y mapas, los lenguajes formalizados de la lógica y las matemáticas, las artes...; pero también los gestos, los mitos y los ritos, los juegos...

Todos estos modos de comunicación operan de una manera precisa, es decir, recurren a un canal o medio y establecen contacto a través de determinados sentidos corporales. Cada uno de ellos se aplica a una situación determinada, tiene validez en un espacio y en un tiempo que condicionan su uso, igual que lo condicionan la clase de relación que existe entre emisor(es) y receptor(es). En fin, cada uno de ellos implica códigos específicos con signos de naturaleza diversa, en número variado, que se organizan según reglas específicas.

La danza legong, en Bali, utiliza los gestos y la posición del cuerpo para contar una historia que combina tristeza, miedo y esperanza.

Si en un sentido amplio llamamos sistemas de comunicación tanto a los medios como a los códigos, entendemos más propiamente por tales los códigos que dan su valor a los signos y los hacen así útiles para comunicar.

Hay códigos muy elementales (el de señalización por banderas, el que da la numeración a las habitaciones de un hotel) y otros mucho más complejos (el cine, el lenguaje matemático); códigos explícitos (el alfabeto de los sordomudos) e implícitos (los que existen bajo los ritos); códigos universales (como, por ejemplo, el gestual, aun no siéndolo, ni mucho menos, del todo) y otros restringidos (como los propios de determinados pequeños grupos).

De todos los sistemas de comunicación humanos, el lenguaje verbal es el más importante.

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