LENGUA - LINGÜÍSTICA: La comunicación - 3ª parte
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LINGÜÍSTICA

La comunicación - 3ª parte


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Comunicación humana y no humana (continuación)

La comunicación humana

ambién los humanos conocen la comunicación instintiva y expresan hambre, miedo, entusiasmo o cualquier estado emocional ligado a experiencias inmediatas. Pero hay otro nivel, específicamente humano, en el que el hombre puede comunicar ideas, conocimientos y estados mentales no directamente vinculados a necesidades ni estímulos. Es decir, la comunicación humana se basa en la abstracción y en la generalización: un gesto, un sonido o una palabra se separan de la situación concreta de la que habían nacido, para referirse a muy distintas situaciones cuyo conjunto constituye la cultura. Naturalmente, eso implica un desarrollo psicológico y social del que las especies animales (irracionales) carecen; el ser humano es el único capaz de usar signos, como es el único capaz de usar herramientas y el único que conoce el pensamiento abstracto.

Por eso, el ser humano es también el único capaz de hablar no sólo de lo que está ante sí, sino de lo que sucede lejos, en el espacio o en el tiempo, de lo que quizás no ocurra nunca (y también el único capaz de mentir). El único con posibilidad de elegir entre decir y no decir algo, y también el modo de decirlo, pues tiene un control y una conciencia acerca de su propia comunicación. La naturaleza se ha convertido en él en Cultura.

La comunicación como fundamento de la vida social

La comunicación es, pues, el fundamento de la vida social. Ocurre así porque el intercambio de informaciones cumple objetivos muy valiosos: desde informar a los individuos acerca de cómo resolver las necesidades más elementales (la supervivencia en el medio o la producción de bienes) hasta garantizar la organización económica y social mediante valores y normas. Estos últimos son, para el individuo, aspiraciones y pautas de conducta: la comunicación integra, por tanto, al individuo en el grupo. Pero además asegura la transmisión cultural y, así, la continuidad histórica. En fin, en el proceso de comunicación humana (comunicación humana y pensamiento abstracto son interdependientes) surgen el conocimiento científico, la producción de ideas y el cambio histórico y social.

Comunicación no humana: las danzas de las abejas

Karl von Frish descubrió, tras largas investigaciones --corroboradas posteriormente por diversos zoólogos--, los procedimientos de comunicación entre las abejas. Cuando una abeja que ha descubierto una flor regresa a la colmena, sus compañeras la rodean, disponiendo sus antenas para recibir el polen o ingerir el néctar que regurgita.

La abeja exploradora efectúa, entonces, una de estas dos clases de danzas: o bien describe círculos horizontales, primero de derecha a izquierda y luego de izquierda a derecha, sucesivamente, o bien sigue una forma que recuerda la figura de un ocho, al tiempo que agita el abdomen.

Al cabo, una o varias abejas abandonan la colmena y, sin ninguna vacilación, se dirigen al preciso lugar en que encuentran el alimento que la primera descubrió. Saciadas, regresan a la colmena y ejecutan nuevas danzas, que dan lugar a nuevas expediciones, hasta que centenares de abejas se concentran donde se halla el alimento.

Las abejas utilizan una "danza" como medio de comunicación para informar a sus compañeras cuando han descubierto una fuente de alimento
Las abejas utilizan una "danza" como medio de comunicación para informar a sus compañeras cuando han descubierto una fuente de alimento

Siguiendo minuciosamente tales expediciones, el etólogo suizo llegó a la conclusión de que la danza en círculo advertía que el alimento se encontraba cerca, en un radio de unos cien metros, mientras que la danza de "los ochos" indicaba que la distancia era mayor, entre cien metros y seis kilómetros --mayor distancia cuanto más lenta era la danza-- y, a la vez, en qué dirección estaba, según la inclinación del eje del ocho descrito respecto a la posición del sol.

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