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Subordinadas sustantivas (continuación)

El discurso referido (continuación)

intácticamente, tanto el estilo directo como el indirecto son sintagmas nominales o proposiciones sustantivas, en función de complemento directo del verbo principal.

Una tercera posibilidad del discurso referido es el estilo indirecto libre, usado desde el siglo XIX en la literatura. En él, las palabras utilizadas se sienten, sin duda, como propias del hablante que supuestamente las ha dicho (particularidades individuales, rasgos coloquiales y expresivos), y no del narrador que las refiere. No son, sin embargo, textuales (hay cambios en las formas verbales, en las personas, etc.) y no aparecen introducidas por nexo alguno, de modo que surgen inesperadamente del discurso del narrador, como puede observarse en el siguiente texto (la cursiva señala el estilo indirecto libre):

Don Fermín contemplaba la ciudad. Era una presa que le disputaban pero que acabaría de devorar él solo. ¡Qué! ¿También aquel mezquino imperio habían de arrancarle? No, era suyo. Lo había ganado en buena lid. ¿Para qué eran necios? También al Magistral se le subía la altura a la cabeza; también él veía a los vetustenses como escarabajos; sus viviendas viejas y negruzcas, aplastadas, las creían los vanidosos ciudadanos palacios y eran madrigueras, cuevas, montones de tierra, labor de topo... ¿Qué habían hecho los dueños de aquellos palacios viejos y arruinados de la Encimada que él tenía allí a sus pies? ¿Qué habían hecho? Heredar. ¿Y él? ¿Qué había hecho él? Conquistar.
(Leopoldo Alas, La Regenta)

Subordinadas adjetivas

Las proposiciones subordinadas adjetivas complementan a un nombre, sea cual sea la función que éste desempeñe en la oración. Por tanto, son semejantes a las sustantivas complementarias de nombre; equivalen a un adjetivo, como estas últimas equivalen a un sintagma preposicional: se diferencian de ellas en que raramente van precedidas de preposición y en que el nexo que las introduce no es una conjunción, sino un pronombre relativo; si hay preposición en las adjetivas, es exclusivamente enlace entre el verbo de la subordinada y el relativo, y no, como en las sustantivas, entre el nombre y la proposición. Son, pues, diferentes, pese a su semejanza formal y a su proximidad funcional, oraciones como "la probabilidad de que Pedro me hable es muy remota" (= "que Pedro me hable es muy improbable"; "que", conjunción), y "la probabilidad de que Pedro me habla es muy remota" (= "Pedro me habla de una probabilidad remota"; "que", pronombre relativo).

Los pronombres relativos incluyen la proposición en la oración o, más propiamente, en un sintagma nominal, de cuyo núcleo dicha proposición es adyacente; pero son, además de nexos, palabras con una función propia en la subordinada: la misma que en ella desempeñaría el nombre al que sustituyen (que se denomina antecedente); por ejemplo, en "¿lamentarás la decisión que tomaste?", "que" incluye en la oración a la proposición "tomaste (una decisión)", y es, dentro de esta última, un complemento directo. La función del relativo en la proposición no tiene por qué coincidir con la que tiene el antecedente en la oración "un hombre que no conocíamos se acercó a nosotros" (función del relativo, complemento directo; función del antecedente, núcleo del sintagma nominal sujeto), ni en "éste es el único escritor que vive de la literatura" (función del relativo, sujeto; función del antecedente, núcleo del sintagma nominal atributo).

Las subordinadas adjetivas se llaman también, a causa del pronombre con que se construyen, proposiciones de relativo.

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