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La cultura de masas

l gigantesco desarrollo que los medios de comunicación social han sufrido a lo largo del siglo XX ha dado lugar a la aparición de un nuevo concepto de la cultura, definido como cultura de masas.

Hasta este siglo la mayor parte de la población del planeta vivía ajena al mundo cultural. La cultura era algo reservado a los intelectuales y su difusión quedaba limitada a los ámbitos universitarios, a las sociedades científicas o a élites minoritarias que consumían las cortas tiradas editoriales de casi todo lo que se publicaba.

No obstante, con la llegada del siglo XX y con la aparición de nuevos sistemas de comunicación social, como la radio, el cine y, sobre todo, la televisión, la situación del fenómeno cultural cambió radicalmente. Los nuevos sistemas de comunicación que, además, han ido acompañados de una mejora general de la educación y de un notable aumento de las publicaciones periódicas y de libros, han hecho llegar el mundo de la cultura a importantes masas de población.

Los nuevos medios de comunicación social supusieron unos mayores niveles de información y de formación que, cuando menos, han generado una curiosidad por conocer cosas nuevas, adelantos científicos, manifestaciones artísticas, etc.

La denominada cultura de masas fue, y sigue siendo en gran medida, una cultura de divulgación ofrecida por los nuevos medios de comunicación que, en su deseo de llegar a un público más amplio, necesariamente tienden a la simplificación de conceptos y a destacar aquello que resulta más fácilmente asimilable. Ello explica el rápido éxito del cine y de la televisión que, al ofrecernos no sólo la palabra, sino también la imagen, hacen más cómoda la comprensión del mensaje. En este sentido, es justo hablar de una vulgarización de la cultura (etimológicamente divulgar dignifica decir al vulgo, al pueblo llano), vulgarización que se ha hecho más evidente, al comprender el mundo de la empresa que también era posible entender la cultura como materia de consumo.

De ese modo, la denominada cultura de masas pronto pasó a ser, en el marco de la llamada sociedad del ocio (por disponer de más tiempo libre) uno de los principales elementos de consumo destinado a llenar ese tiempo libre. Así, el cine, la televisión, la radio, un disco, una revista ilustrada, un viaje turístico-cultural y, más raramente, una novela, pasaron a ser formas que distraen nuestros fines de semana, las vacaciones de verano o, simplemente, las horas libres que el trabajo diario o el paro nos dejan.

De este modo, pronto, cada medio de comunicación se convirtieron, en sí mismos, en objetos de consumo y necesitó, por tanto, ofrecer un atractivo que lo hiciera deseado.

Para ello el cine creó y sigue creando sus mitos y sus ídolos. Nació así el llamado "star system"(sistema de estrellas) que no fue otra cosa que hacer de los actores unos auténticos ídolos, en los que el público ve no a simples seres humanos, sino a los grandes héroes de la historia (a través del cine histórico), la representación de la bondad y la justicia (los buenos y los malos) o, simplemente, la idealización de sentimientos como el amor o la belleza.

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