Historia y Arte
EL MUNDO ROMANO
Manifestaciones artísticas - 2ª parte
La arquitectura (continuación)
El foro
os primeros foros debieron de nacer de forma espontánea, funcional, como lugar de mercado, donde algunos días se celebraban reuniones. Pero cuando la vida urbana se hizo más compleja y los actos políticos más frecuentes, por la política republicana, se comenzaron a construir, en torno al espacio inicial, templos y edificios civiles con funciones jurídicas, políticas y comerciales. Hasta el siglo I a. de C. el foro careció del carácter monumental, que adquirió después.
Cuando Roma empezó a alcanzar su apogeo, el viejo foro tradicional fue considerado insuficiente, así en el año 45 a. de C., Julio César inauguró el Forum Iulii, en el que destacó el templo de Venus. Augusto proyectó un nuevo foro que no era otra cosa que una ampliación del anterior. Más tarde, Trajano construyó otro mayor, al que se llegaba a través de un arco de triunfo y en el que destacaba la basílica Ulpia.
Cada ciudad romana tuvo su propio foro y en él, además de la curia (sala de reunión de los magistrados), la basílica y la cárcel, era frecuente que hubiera templos, como el Capitolio (dedicado a la Triada Capitolina: Júpiter, Juno y Minerva). En la plaza central, con frecuencia enlosada de mármol, se levantaban estatuas de emperadores o de figuras de la política.
El templo
Derivados directamente de los modelos griegos y con algunos elementos de procedencia etrusca, los templos romanos se caracterizaron por utilizar, como base, un podio elevado al que se accede mediante una escalinata.
Por lo general no fueron perípteros y limitaron las columnas a la fachada, que contenía un pronaos previo a la cella. A veces, las paredes de la cella contenían columnas adosadas por su parte exterior.
Templo romano de Nimes (Francia)
De un modo u otro fueron concebidos como edificio-fachada en oposición a la concepción escultórica de la arquitectura griega. Por influencia etrusca el orden empleado en los primeros tiempos fue el toscano, pero pronto se empezaron a usar el corintio o el compuesto, que fueron los órdenes más frecuentes.
Existieron también templos de planta circular que solían estar dedicados a la diosa Vesta y en los que era costumbre mantener el fuego sagrado. Por lo general, los templos fueron de pequeñas dimensiones. Una variación estrictamente romana fueron los templos capitolinos, que por contener tres divinidades se construían con tres cellas; aunque a veces se instalaba a la Triada en tres pequeños e idénticos templos.
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