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Historia y Arte
EL MUNDO ROMANO
Economía y sociedad - 2ª parte
La época de la Monarquía (continuación)
La sociedad
esde épocas tempranas la sociedad romana estuvo dividida en cuatro grupos o
clases: hombres libres, libertos, esclavos y extranjeros. Ahora bien, durante
esta primera etapa de la historia de Roma hubo pocos extranjeros y esclavos y,
por lo tanto, pocos libertos (esclavos que conseguían la libertad).
Por lo que respecta a los hombres libres, no disponían todos ni de la misma categoría ni de los mismos privilegios; así que pronto se establecieron dos grupos bien diferenciados: los patricios y los plebeyos. El origen de estas dos categorías no es muy claro, pero puede aceptarse que los patricios eran, inicialmente, los descendientes de los primeros clanes que se asentaron en Roma, poseedores de linaje o "gens"; por lo que respecta a los plebeyos la opinión más difundida es la que mantiene que eran habitantes del Lacio (los latinos) vencidos por Roma.
Junto a los patricios estaban los clientes, que eran individuos unidos a las familias patricias por un vínculo de fidelidad que implicaba obediencia, respeto y ayuda por parte del cliente y protección por parte del patrono que les daba además su nombre.
Durante la Monarquía, el único grupo que participaba en la vida pública era el de los patricios.
La época de la República
La economía
El largo periodo republicano supuso un progresivo y profundo cambio de la orientación económica. De la autarquía característica de la etapa anterior se pasó a una economía cada vez más comercial en la que Roma llegó a depender por completo de los abastecimientos exteriores.
Durante los primeros siglos, la producción agrícola siguió siendo importante, pero pronto comenzó a disminuir el cultivo de cereales en favor de la ganadería. La política expansiva republicana exigía para el ejército gran cantidad de animales de tiro y de monta y por ello se favoreció la ganadería.
Por otro lado, la ocupación de los nuevos territorios permitía obtener cereales de las nuevas tierras, con frecuencia más productivas que las de Roma. No obstante, se produjeron mejoras en la agricultura gracias, sobre todo, al barbecho, las rotaciones de cultivos y al empleo de abonos, tanto naturales (estiércol) como artificiales (nitratos y potasio). En el siglo II a. de C. se introdujo el cultivo del olivo.
El proceso de expansión militar impulsó otras actividades económicas como la minería y la metalurgia por la necesidad de metales para la fabricación del armamento necesario; o la construcción de caminos (calzadas) que, comenzada en el siglo IV a. de C., llegaría a ser decisiva para la estructuración política y comercial de la época imperial, facilitando las comunicaciones entre Roma y las provincias.
A partir del siglo III a. de C. y tras la ocupación de la Magna Grecia, los romanos comenzaron a preocuparse por el transporte marítimo. Aprendieron las técnicas de navegación de los griegos lo que les permitió extenderse por el Mediterráneo. Todas estas circunstancias favorecieron la aparición de un comercio a gran escala que supuso un mayor desarrollo de la economía monetaria.
La moneda había aparecido en el siglo V a. de C., teniendo como unidad básica el as y como piezas más corrientes, el sestercio y el denario. Hacia el 280 a. de C., y por influencia griega, aparecieron las primeras monedas de plata.
Aunque la actividad comercial no disfrutaba de gran prestigio, pronto se legisló que el derecho a comerciar era un privilegio de los ciudadanos romanos. El comercio supuso también la aparición de una banca encargada de los cambios de moneda, de préstamos con interés y de la emisión de pagarés o letras de cambio.
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